La División de Investigación de Accidentes Aéreos de Reino Unido (AAIB, por sus siglas en inglés) ha iniciado una investigación de un incidente, que involucra un avión Boeing 737 Max de la aerolínea Ryanair que se precipitó a gran velocidad mientras se aproximaba al aeropuerto Stansted de Londres, el pasado 4 de diciembre.
La aeronave realizó un primer descenso constante a 2.350 pies (716 metros) para prepararse para aterrizar bajo una lluvia ligera, pero abortó la maniobra y comenzó a ascender de nuevo. Sin embargo, cuando se encontraba a 4.425 pies de altura (1.348 metros) perdió altitud repentinamente, detalla el diario británico The i, que tuvo acceso a la investigación.
Según los datos de vuelo, el avión cayó hasta los 2.300 pies de altura (701 metros) en apenas 17 segundos y su velocidad aumentó drásticamente de 363 a 516 kilómetros por hora. Luego su altitud se estabilizó y aterrizó con éxito unos 10 minutos después. Nadie resultó herido, pero el Boeing 737 se mantuvo fuera de servicio durante los dos días siguientes al incidente.
"Incidente grave"
La maniobra del vuelo FR1269, procedente de la ciudad austriaca de Klagenfurt, fue considerada por la AAIB como un "incidente grave". La Unidad de Investigación de Accidentes Aéreos de Irlanda, que colabora con el caso, la describió como una "ruptura de nivel", que sucede cuando un avión vuela al menos 300 pies (482 metros) por debajo o por encima de la altitud a la que se encuentra el tráfico aéreo.
Ryanair, que está cooperando con la investigación, asegura que el incidente se debió a una "aproximación inestable" antes del aterrizaje. Sin dar más detalles, la aerolínea precisó que la AAIB examina exactamente qué sucedió y por qué.
Si bien la AAIB confirmó que el avión "aterrizó sin problemas" y que "no se reportaron heridos entre los pasajeros ni la tripulación", los hechos han causado preocupación entre analistas de la aviación, principalmente porque involucran al gigante aeronáutico Boeing, que últimamente ha acaparado la atención mediática en medio de denuncias por fallos de seguridad en sus aviones.
Por el momento no se ha precisado qué pudo haber causado el incidente. Se intenta determinar si se trató de un problema de diseño de la aeronave o una cuestión de ingeniería, fabricación o mantenimiento específicas de los 737 Max. Tampoco se descarta un error del piloto u otro factor humano; o bien un problema de control del tráfico aéreo. La investigación está a punto de concluir y es probable que se publique en algún momento durante el otoño, dijo la AAIB.