Estonia ha empezado este lunes a retirar las lápidas de las tumbas de soldados soviéticos en un cementerio en Tehumardi, en la isla de Saarema, informan medios locales.
En el lugar reposan los restos de casi 300 soldados del Ejército Rojo, que serán trasladados al cementerio de Vananomme, en el pueblo de Lomala, en la misma isla. La exhumación fue solicitada por las autoridades locales.
"Después, este emplazamiento se pondrá en orden. Aún no sabemos qué habrá aquí en el futuro", afirmó la asistente municipal Liis Lepik.
Tras el traslado de los restos, no se volverán a colocar las lápidas con los nombres de los soldados. En el lugar se conservará un obelisco en forma de espada, pero se ocultará parte del texto que contiene.
En este contexto, la Embajada de Rusia en Estonia expresó una "protesta enérgica" contra el inicio de la retirada de las lápidas. "Cientos de combatientes soviéticos, entre ellos un gran número de ciudadanos estonios, derramaron su sangre para liberar la isla de los nazis. Parece que los enterradores están arrancando los cuerpos de sus propios antepasados, que a costa de sus propias vidas les dieron un futuro", reza el comunicado.
"Enviamos una nota de la Embajada al Ministerio de Asuntos Exteriores estonio pidiéndole que ponga fin a las acciones blasfemas, que detenga la inmoral campaña de liquidación de los monumentos conmemorativos soviéticos del patrimonio de guerra, destinada a revisar los resultados de la Segunda Guerra Mundial, y exigiendo que los monumentos sean devueltos a sus antiguos lugares", declararon desde la misión diplomática.