Era el 5 de diciembre de 2019, la Argentina estaba gobernada por Mauricio Macri y Brasil por Jair Bolsonaro. Ambos, junto con otras autoridades del Mercado Común del Sur (Mercosur), ratificaban su "compromiso con el continuo fortalecimiento" de este bloque. Casi cinco años después, la situación dio un vuelco.
Para la Argentina, el Mercosur es el principal espacio de integración económica y comercial, sin embargo, el presidente Javier Milei evitó ir a su cumbre y prefirió acudir a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) celebrada en la ciudad brasileña de Santa Catarina, donde también estuvo Bolsonaro.
"Es hora de que el mundo despierte y le diga nunca más al socialismo (…). Ese viento de cambio que empezó en Argentina y hoy recorre el mundo, llegará a cada rincón adonde la libertad esté reprimida, porque la historia del ser humano es la historia de la libertad", dijo Milei.
Alrededor de 30 minutos habló Milei en la CPAC, donde repitió sus críticas a la izquierda y levantó al público con el tema del grupo musical La Renga que lo ha acompañado desde su campaña electoral. "La casta y los socialistas tienen miedo", añadió el domingo.
No obstante, no hizo ni una referencia al Mercosur, a pesar de que al día siguiente se llevaría a cabo la 64.ª cumbre en Asunción, que está a 1.100 kilómetros de distancia de Santa Catarina. Menos trecho del que separa esta localidad brasileña de Buenos Aires.
¿Por qué Milei desiste de estos foros?
El líder libertario privilegia su "agenda ideológica" antes que la agenda país, de acuerdo con dos especialistas consultados.
La investigadora argentina Yanina Welp opina que la preferencia de Milei son los resultados políticos que pueda producir.
"Es un líder con una fuerte y radical agenda de destrucción del Estado, está promoviendo esta agenda", apunta Welp. "Por otro lado, prioriza esta agenda y descuida o delega la gestión dentro del país", añade en entrevista con RT.
De hecho, en la reunión de mandatarios del Mercosur de este lunes en la capital paraguaya asistió la canciller argentina Diana Mondino, quien curiosamente coincidió en algunos puntos con el jefe de Estado de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; el último de varios con los cuales Milei ha entrado en roces diplomáticos.
"Está generando un constante estado de opinión, especialmente a raíz de los conflictos que va teniendo internacionalmente. Va alimentando un circo mediático, la atención se desplaza sobre este tipo de acciones en vez de la situación del país, situación crítica a la que no está prestando suficiente atención", considera.
Mucho tiene que ver su propia personalidad, según Andrés Albuja, analista y consultor internacional de la firma ecuatoriana Asesores AAA. "Quiere ganar notoriedad, una postura totalmente extrema de rechazo a cualquier tipo de gobierno o dominancia de gobiernos de izquierda en los bloques", afirma.
Argentina y Brasil son los principales ejes del Mercosur, de ahí que hace unos años un dirigente conservador como Macri y uno ultraderechista como Bolsonaro abogaran por el "fortalecimiento de la integración". Empero del lado brasileño ahora manda Lula.
"Como sabe el protagonismo de Brasil dentro del Mercosur, [Milei] no quiere brindar ese protagonismo compartido cuando hay presidentes de otras tendencias. Tiene una seria fricción con Lula", menciona Albuja.
Durante su participación en la cumbre semestral del Mercosur, Lula arremetió contra "falsos demócratas [que] intentan socavar las instituciones y ponerlas al servicio de intereses reaccionarios". Una declaración sin nombre y apellido.
Previamente el presidente argentino lo había calificado de "zurdito con el ego inflado", además de "comunista y corrupto". En el encuentro de CPAC elevó el tono de la disputa y aseveró que Bolsonaro padece una "persecución judicial".
Desavenencias internas
Milei optó por reencontrarse con el clan Bolsonaro, a pesar de que en Mercosur se vería también con los dignatarios de Paraguay, Santiago Peña; y de Uruguay, Luis Lacalle Pou, quienes están más cercanos a sus postulados que Lula.
"Quiero hacer una puntualización, porque no sería yo si no lo digo: porque no solamente importa el mensaje, importa también el mensajero –y, obviamente, no voy a despreciar a nadie–, pero si el Mercosur es tan importante, acá deberíamos estar todos los presidentes", enfatizó Lacalle Pou. "Yo le presto importancia al Mercosur", agregó.
Para Welp, cofundadora de la Red de Politólogas, la discordia no solo será con la izquierda. "También se van a crear fricciones en este espacio de la derecha, tanto en la forma de entender las relaciones entre países, como en la forma de generar una agenda en el propio espacio de Mercosur", avizora.
"Quizás Lacalle Pou daba por descontado que ahora tenía más aliados para proponer otro tipo de articulación de ese espacio y Milei lo está claramente dinamitando", recalca la experta.
Lo que viene
El mandatario de la Argentina ha insistido en que su "batalla cultural" será sin cuartel. A sus simpatizantes en CPAC los invitó a rebelarse contra el sistema, además de resaltar la "receta económica y cultural" que le conviene a la región.
Por lo tanto, no se prevé un giro al pragmatismo. "Por estilo, Milei no va a cambiar de forma de ser, él lo que quiere es protagonismo", explica Albuja.
Paradójicamente Mondino sostuvo en la cumbre de Mercosur que, luego de siete meses de gestión, el Gobierno argentino está presto para "dejar de ser un lastre" para esta organización.
"Ya lo dijo el presidente Lula: no hay conflicto entre tener la mejor cooperación entre nosotros y con el resto del mundo", subrayó Mondino, pocas horas después de que Milei compartiera videos en X de la afluencia en CPAC gritando "Lula, ladrón, tu lugar es la prisión".
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