La Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA, por sus siglas en inglés) exigió este lunes la inspección de más de 2.600 aviones Boeing Max 737 por un posible fallo en la instalación de las máscaras de oxígeno.
De acuerdo con un comunicado de la FAA, surgieron múltiples informes respecto a que los generadores de oxígenos de la unidad de servicio de pasajeros se habían movido de su posición, una situación que podría resultar fatal en caso de una emergencia si se produce una despresurización de la cabina. En este caso, habría la posibilidad de que no se pudiera proporcionar oxígeno a los pasajeros.
Por este motivo, la entidad reguladora adoptó una directiva de aeronavegabilidad para inspeccionar las aeronaves, verificar las correas de sujeción y "realizar acciones correctivas, si es necesario, dentro de 120 a 150 días".
Boeing había dado instrucciones en junio para actualizar una parte de las correas de sujeción de los generadores de oxígeno de los Max 737, señalando que, desde entonces, han vuelto a implementar el adhesivo original para garantizar que los generadores no se muevan.
La noticia se produce en medio de una serie de preocupaciones que afronta actualmente el gigante aeronáutico por fallos de seguridad en sus aviones. Este lunes, un avión Boeing 757-200 de United Airlines perdió un neumático durante el despegue en el aeropuerto internacional de Los Ángeles. Un caso similar se había producido en marzo, con un 777 de la misma aerolínea, cuya rueda cayó en un aparcamiento del aeropuerto y dañó varios coches.
El pasado domingo, la compañía acordó declararse culpable en un caso del Departamento de Justicia de EE.UU. en relación a dos accidentes fatales de sus aviones del modelo 737 Max en 2018 y 2019, en los que murieron 346 personas. Dado el cargo de conspiración por fraude criminal que pesa en su contra, deberá pagar una multa de 243,6 millones de dólares. Además, acordó invertir al menos 455 millones de dólares en los próximos tres años para reforzar sus programas de seguridad y cumplimiento.