La Federación Nacional de Cooperativas de Transporte Público de Pasajeros del Ecuador (Fenacotip) convocó a un paro nacional para los días 16 y 17 de julio.
La medida, según informó el gremio en una conferencia de prensa en Guayaquil, provincia de Guayas, responde a dos motivos: la inseguridad en las carreteras y la eliminación gradual de los subsidios estatales a las gasolinas, que provocó el aumento de precios.
"Esta Federación Nacional de Transporte Público de Pasajeros del Ecuador ha decidido apagar los motores, realizar un silencio de los motores, porque lamentablemente no tenemos seguridad para trabajar en el país", dijo Miguel Bonilla, presidente de la Fenacotip.
Bonilla indicó que han dialogado durante meses con las autoridades competentes, exceptuando al presidente del país, Daniel Noboa, y al Ministerio del Interior, pero no han tenido los resultados esperados en esas conversaciones.
Señaló que tampoco han visto las soluciones planteadas tras el incremento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 12 al 15 % desde abril pasado, cuya justificación por parte del Gobierno fue contar con más recursos para su campaña contra el combate a la inseguridad.
"Es un tema de sobrevivencia, porque detrás de cada conductor, detrás de cada colaborador, de cada transportista está una familia que se queda rezando en sus viviendas pidiendo a Dios para que su familiar regrese de viaje", enfatizó Bonilla.
Protesta previa
El pasado jueves 4 de julio, miles de personas tomaron las calles en Ecuador para expresar su descontento por el alza de precios de las gasolinas extra y ecopaís, las más usadas en la nación andina.
Las manifestaciones, que se dieron a nivel nacional, fueron convocadas por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), que aglutina a otras organizaciones, a la que se han sumado movimientos sociales.
Noboa, mediante el Decreto Ejecutivo 308, estableció la "regulación" de los precios de los derivados de hidrocarburos y, con ello, formalizó la eliminación gradual del subsidio estatal a las gasolinas extra y ecopaís. Con esa decisión, el galón de estos combustibles pasó de costar 2,46 dólares a 2,72; lo que representa un aumento de 0,26 centavos de dólar.
El alza entró en vigencia el pasado 28 de junio; no obstante, solo regirá hasta el próximo 11 de julio, cuando la Agencia de Regulación y Control de Hidrocarburos publique los nuevos precios.
Aunque el Gobierno anunció compensaciones a transportistas, estas solo abarcan al transporte liviano, como los taxistas, y no al gremio interprovincial.