El intento de asesinato contra Donald Trump que ocurrió el sábado ha cambiado la estrategia de campaña del presidente de EE.UU., Joe Biden, deteriorada por su débil actuación en el primer debate y especulaciones sobre su estado de salud mental.
El ataque perpetrado durante un evento de campaña en Butler (Pensilavania) "ha arrebatado a Biden su herramienta más potente: llamar la atención sobre el comportamiento de su rival y su agenda de segundo mandato", escribe Bloomberg.
Hablando en Detroit el viernes, mandatario prometió "poner en el punto de mira" a Trump, argumento que planeaba promover hasta la jornada electoral el 5 de noviembre.
El medio señala que el estallido de violencia política ahora "obstaculiza los esfuerzos de Biden de defender su postura", además de amenazar con "socavar una premisa central de su presidencia: que él restauraría la decencia y la normalidad en la política nacional".
Tras lo sucedido, el presidente apostará por un mensaje unificador que podría tener más eco entre los votantes en tiempo de crisis. Según un funcionario de campaña, el jefe de Estado planea instar al país a unirse y poner fin a la violencia política.
Biden planea reiterar su condena a la violencia en la política el lunes durante una entrevista en 'prime time' con NBC News, y luego volverá a centrarse en exponer contrastes entre su visión y la de Trump. Asimismo, su equipo considera que el ataque de Pensilvania "refuerza la tesis central de su campaña", indica Bloomberg citando a su fuente.
- A pesar de que el mandatario actual de EE.UU. condenó el atentado contra Trump y "este tipo de violencia", recientemente el equipo de Joe Biden describió a su oponente republicano como "una amenaza genuina" para el pueblo estadounidense, para su "libertad" y "democracia". "Es literalmente una amenaza para todo lo que representa EE.UU.", publicó en X el 28 de junio.
- Además, durante una conversación privada con donantes, el líder estadounidense trató de desviar la atención de su fracaso en el debate con su rival político y aseveró: "Es hora de poner a Trump en el punto de mira". Y aunque Biden nunca ha deseado explícitamente daños físicos a su adversario, esta frase dio más motivos a los republicanos para acusar a la Administración actual de incitar al odio contra Trump durante la campaña.