La directora del Servicio Secreto estadounidense, Kimberly Cheatle, revela nuevos detalles y aclara las circunstancias que rodearon el intento de asesinato del expresidente Donald Trump durante una audiencia ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes.
"Una persona sospechosa" que no fue detenida
Cheatle señaló que Thomas Matthew Crooks, que intentó asesinar a Trump, fue calificado por las fuerzas del orden como "una persona sospechosa".
Cuando se le preguntó por qué los agentes del Servicio Secreto permitieron entonces a Trump intervenir, la directora señaló que no había informes de que Crooks supusiera una amenaza. "Si el destacamento hubiera recibido información de que había una amenaza, el destacamento nunca habría sacado al expresidente al escenario", afirmó.
Utilizó un dron y un telémetro
La directora de la agencia también dijo que el FBI le informó de que el tirador utilizó un dron poco antes del intento de asesinato de Trump y que ese día llevaba un telémetro, necesario para medir distancias a objetos lejanos, que a menudo utilizan los propietarios de armas para mejorar la precisión de su disparo.
No obstante, aclaró que este dispositivo no está necesariamente prohibido en este tipo de eventos. "En muchas de nuestras sedes, sobre todo en las que están al aire libre, un telémetro no es un objeto prohibido", declaró Cheatle.
La directora del servicio también dijo que, contrariamente a las informaciones aparecidas en los medios de comunicación, a Trump no se le negó ninguna medida de seguridad para el acto de campaña. Al mismo tiempo, no respondió directamente si el equipo del candidato republicano había recibido exenciones del Servicio Secreto en otros actos.
La investigación tardará 60 días
Cheatle espera que la investigación inicial de la agencia sobre el intento de asesinato del expresidente concluya en un plazo de 60 días. Preguntada por si se ha despedido a algún empleado, respondió negativamente.
Aunque Cheatle se negó a dimitir en respuesta a las peticiones de algunos congresistas, dijo que asume toda la responsabilidad por los fallos de seguridad y calificó el atentado contra Trump como el "mayor fallo operativo del Servicio Secreto en décadas".