Kamala Harris podría cambiar su postura con respecto al conflicto entre Israel y el movimiento palestino Hamás en la Franja de Gaza en caso de que llegue a la presidencia de EE.UU., informó este lunes NBC News citando a exfuncionarios y analistas.
La vicepresidenta estadounidense es la favorita para obtener la nominación presidencial demócrata, después de que el presidente Joe Biden anunciara el domingo su salida de la carrera electoral. Las fuentes consultadas por NBC News prevén que Harris mantenga la misma política exterior que Biden si lo llegase a suceder en el puesto al frente de la Casa Blanca.
No obstante, también sugieren que Harris podría cuestionar públicamente al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por su punto de vista en torno a la guerra en Gaza, además de manifestar su compresión por las difíciles condiciones que atraviesa la población civil del enclave palestino.
Atraer a más votantes
Este cambio de enfoque podría atraer a los votantes árabes estadounidenses, así como a los más jóvenes y a los progresistas que se oponen al apoyo de Biden a las acciones militares israelíes. Una fuente cercana a la Administración Biden señaló que los electores podrían estar más abiertos a la candidatura de Harris, puesto que "no se la considera responsable" de las políticas del actual mandatario estadounidense en Israel. "La esperanza es que eso ayude a mejorar sus cifras", agregó.
Sin embargo, los vínculos de Harris con la comunidad judía siguen siendo fuertes, ya que su esposo, Doug Emhoff, está relacionado con esta colectividad étnico-religiosa, además de estar en contra del antisemitismo. Por su parte, el integrante del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, Aaron David Miller, indicó que, si bien Harris podría alterar el tono con respecto a Tel Aviv, es poco probable que se produzcan cambios sustanciales en la política exterior durante su gestión.
"Yo buscaría una postura retórica mucho más equilibrada", señaló Miller, quien cree que Harris "será mucho más comprensiva en cuanto a la cuestión del Estado palestino e incluso de los derechos palestinos". No obstante, enfatizó que la actual vicepresidenta continúa siendo una defensora del apoyo tradicional de EE.UU. a Israel, por lo que es poco probable que se aleje de esa posición.
"En lo que respecta a Israel, tiene opiniones muy moderadas", sostuvo Miller, explicando que su postura se encuentra a la "izquierda de lo que Biden está dispuesto a hacer", aunque "a la derecha" de aquellas personas que apoyan la idea de que el Gobierno estadounidense debe "imponer costos y consecuencias a Israel" con la finalidad de demostrar que son una "superpotencia" y los israelíes no.
Antes de que Harris se pronunciara el pasado marzo acerca de la necesidad de un alto al fuego de seis meses entre Israel y Hamás como parte de un acuerdo para liberar a los rehenes, algunas fuentes aseguraron que funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional modificaron partes de su discurso, ya que hacía una crítica severa a la situación humanitaria en Gaza.
Según medios israelíes, Kamala Harris es vista como el "policía malo" de la Administración Biden por solicitar al Gobierno israelí que mejore la atención a los daños civiles en Gaza, así como que refuerce la atención humanitaria a los palestinos. Por otro lado, el antiguo cónsul general israelí en Nueva York, Alon Pinkas, mencionó que "con la marcha de Biden, Israel ha perdido quizás al último presidente sionista". "Un nuevo candidato demócrata cambiará la dinámica", añadió.