El viceprimer ministro de Serbia, Aleksandar Vulin, se ha pronunciado acerca de la supuesta parodia de la Última Cena protagonizada por un grupo de 'drag queens' durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, que tuvo lugar este viernes en París, y desató numerosas críticas a nivel mundial.
En este contexto, Vulin comparó la inauguración del evento con la de los Juegos del BRICS que se celebraron en junio en la ciudad rusa de Kazán. Según el viceprimer ministro, el comienzo de esos dos acontecimientos explica las diferencias entre los actuales Occidente y Oriente.
"En París, María Antonieta canta mientras sostiene su cabeza cortada ensangrentada, el Becerro de Oro se muestra a los seguidores, y el hombre enfermo que organizó todo muestra la Última Cena como una escena de una película porno", sostuvo Vulin.
En cambio, en Kazán "los atletas estaban bajo sus banderas nacionales, [había] bailes folclóricos sin símbolos satánicos, sin cabezas cortadas, sin visiones enfermizas", destacó el viceprimer ministro serbio.
"Serbios, ¿a qué civilización pertenecen? Serbios, ¿qué es lo que no les queda claro?", preguntó Vulin.
La polémica en torno a la actuación
Muchas de las escenas presentadas durante el espectáculo han suscitado fuertes reacciones en las redes sociales. La Última Cena, la comida final de Jesús antes de su crucifixión, según los relatos evangélicos, fue escenificada con personajes 'drag queens' en el papel de los apóstoles. En la polémica composición, un DJ hizo las veces de Jesús.
Frente a la gran avalancha de críticas y la incomprensión manifestada por el público, los organizadores del evento aseguraron que la actuación buscaba hacer tomar conciencia a los espectadores "de lo absurdo de la violencia entre seres humanos".
*El movimiento internacional LGBT está calificado como organización extremista en el territorio de Rusia y prohibido en el país.