A pocas semanas de la llegada a Ucrania del primer lote de aviones de combate F-16, funcionarios occidentales y ucranianos dudan de que estos tengan realmente un impacto importante en el curso de las hostilidades, según reveló este domingo The Washington Post.
Las fuentes del medio indicaron que es posible que los primeros cazas se utilicen para reforzar el sistema de defensa antiaérea de Ucrania derribando objetivos aéreos. Sin embargo, aseguraron que es poco probable que los F-16 vuelen cerca de la línea del frente en la fase inicial, lo que no deja claro si podrán impedir que los aviones rusos crucen la frontera.
Según destaca el reporte, el papel limitado que se espera que desempeñen los aviones, de fabricación estadounidense, "pone de relieve la creciente división entre Kiev y sus partidarios occidentales", donde las autoridades ucranianas concuerdan en que sus aliados han suministrado muy poco y demasiado tarde.
Además, las fuentes especificaron que Ucrania recibirá cerca de 20 cazas hasta finales de 2024, aunque para septiembre sólo seis pilotos habrán completado la formación necesaria para utilizarlos. Esto se debe a que el programa tiene plazas limitadas y se ha visto empañado por los retrasos, indicó el periódico.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia ha prometido que el soldado que derribe el primer caza F-16 será premiado con 15 millones de rublos (unos 170.000 dólares). El organismo militar difundió la semana pasada las declaraciones del subdirector ejecutivo de la compañía FORES, fabricante ruso de agentes de sostén para la fracturación hidráulica, quien anunció la cuantía de la suma.