Funcionarios de la Unión Europea preparan un enfoque 'del palo y la zanahoria' para negociar con el candidato del Partido Republicano Donald Trump si sale ganador en las presidenciales de noviembre, reporta el periódico Financial Times, que cita fuentes anónimas en Bruselas familiarizadas con estos planes.
Según estiman, si Trump cumple su promesa de imponer un arancel mínimo del 10 % a las importaciones de la UE, ello podría reducir las exportaciones comunitarias en unos 150.000 millones de euros anuales, siendo "la mejor respuesta" una estrategia en dos etapas.
En primer lugar, se le ofrecería rápidamente un acuerdo rápido mutuamente beneficioso, consistente en comprar ciertos productos estadounidenses en mayores cantidades. Con este fin, Bruselas enviaría una misión de negociadores al equipo de Trump antes de que asumiera el cargo.
Si esta opción fracasa y la Administración republicana sube los aranceles, entonces la Dirección General de Comercio de la Comisión Europea aplicaría en respuesta aranceles del 50 % o más a una lista de productos de EE.UU. que la UE está elaborando.
Un alto funcionario de la UE consultado por el medio instó a "no dejarse llevar por el miedo" y abogó por imponerse la tarea de demostrar que el bloque es "un socio para EE.UU., no un problema", al mismo tiempo que está listo para defenderse.
Durante su primer mandato, Trump impuso aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio de la UE y de otros países por valor de 6.400 millones de euros (6.926 millones de dólares al día de hoy) aduciendo motivos de seguridad nacional. En aquel entonces, Bruselas respondió con aranceles de reequilibrio por un valor de 2.800 millones de euros (3.030 millones de dólares).
Bruselas diseñó sus medidas de tal forma que afectaran más a los fieles partidarios de Trump, como los fabricantes del whisky borbón, las motocicletas Harley-Davidson y las lanchas motoras. Un acuerdo alcanzado con Joe Biden permitió postergar la entrada en vigor, de forma bilateral, de los aranceles mencionados, que permanecen congelados hasta marzo de 2025, cuando ya quedará claro si se impondrán o no más medidas arancelarias.