Tras recorrer en coche parte de las regiones afectadas por las fuertes lluvias e inundaciones en la República Popular Democrática de Corea el domingo y el lunes pasado, el líder del país, Kim Jong-un, siguió recorriendo con una lancha terrenos inundados.
Al inspeccionar las zonas sumergidas, donde es difícil "reconocer las características geográficas", según la Agencia Central de Noticias Coreana (KCNA), Kim expresó una gran preocupación. Sin embargo, mostró también la determinación de "proporcionar a la gente una mejor base para la vida" y evitar víctimas fatales a través de varias medidas de urgencia. En su opinión, no es la primera crisis que han experimentado los norcoreanos y siempre han salido "valientes e impetuosos", creando "milagros".
La agencia afirma que el viaje del líder entusiasmó a los funcionarios y trabajadores en todo el país. Según la misma fuente, el Comité Central del Partido, el Gobierno y agencias dedicaron miles de millones de dólares a aliviar las zonas afectadas, organizando y enviando transportes para entregar a tiempo los suministros de socorro necesarios para las personas en las áreas afectadas.
El Buró Político del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, presidido por Kim, adoptó una decisión el 30 de julio para recuperar las áreas insulares y algunas áreas inundadas de la ciudad de Sinuiju y el distrito de Uiju (provincia occidental de Phyongan del Norte), situadas en el cauce bajo del río Yalu. La medida se relaciona con construir casas modernas y restaurar rápidamente las carreteras, vías férreas y edificios públicos dañados, concentrando todos los esfuerzos nacionales.
Además, el Ejército y la brigada 'Héroe de Paektusan' construirán 4.400 casas, casi el mismo número que resultó afectado en la mencionada ciudad y distrito, situados cerca de la frontera con China. También se han inundado cerca de 3.000 hectáreas de tierras agrícolas, así como predios edificados, carreteras y ferrocarriles, según datos oficiales.