El secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, afirmó este jueves que la guerra con Israel ha entrado en una nueva fase y reiteró que el grupo no es responsable del ataque con cohetes que el sábado mató a doce menores en un campo de fútbol de la localidad de Majdal Shams, en los ocupados Altos del Golán.
"La batalla con el enemigo ha entrado en una fase nueva y diferente, y debe esperar la ira del pueblo honorable y su venganza por toda la sangre oprimida", declaró. "[Israel,] ríe un poco, pero llorarás mucho, porque no sabes qué líneas rojas has cruzado", agregó.
Nasrallah también comentó el reciente asesinato en Teherán del líder del movimiento palestino Hamás, Ismail Haniya. "El objetivo de asesinar a líderes es perjudicar al grupo al que pertenece ese líder para que se debilite, pero hasta ahora, basándonos en la experiencia, nada ha debilitado a la resistencia", remarcó. "Los iraníes consideran que el asesinato de Ismail Haniya no solo ha dañado su soberanía, sino también su seguridad nacional, su prestigio y su honor", indicó.
Asimismo, rechazó la autoría de Hezbolá del ataque contra Majdal Shams y afirmó que los posteriores bombardeos israelíes no pueden calificarse de represalias. "Lo que ocurrió en el suburbio del sur fue una agresión y los israelíes lo consideraron una reacción, y nosotros no aceptamos en absoluto esa descripción", denunció. "Negamos categóricamente nuestra responsabilidad en ese incidente [en Majdal Shams] y tenemos el valor de asumir la responsabilidad si hubiéramos sido nosotros quienes bombardeamos", aseguró.
Las declaraciones del dirigente de Hezbolá se producen en medio de ataques cruzados con Israel y temores de una guerra a gran escala. La tensión entre Tel Aviv y el movimiento libanés está en su máximo nivel tras el ataque del sábado contra los Altos del Golán, ocupados por el país hebreo, que dejó al menos doce niños muertos y más de 30 heridos.
Hezbolá negó "categóricamente" su responsabilidad en esta acción, tras la cual las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) realizaron un ataque contra el sur de la capital libanesa, Beirut, que acabó con la vida de Fuad Shukr, el comandante militar "de mayor rango" de Hezbolá. Según las FDI, Fuad era "la mano derecha" del líder del grupo y su asesor en la planificación y dirección de operaciones bélicas. Según el Ministerio de Salud del Líbano, al menos 3 personas murieron y 74 resultaron heridos a consecuencia de los ataques contra los suburbios de Beirut.