Apenas transcurridos los 46 segundos iniciales de su combate de debut en los Juegos Olímpicos de París, la boxeadora italiana Angela Carini se retiró de la pelea contra la argelina Imane Khelif, a quien se señala por no haber pasado en una prueba previa de elegibilidad de género.
"Me dolía demasiado la nariz, no podía seguir. […] Podía ser el combate de mi vida, pero tenía que pensar en salvaguardar mi seguridad", dijo Carini, quien decidió abandonar el ring tras recibir un potente derechazo en la nariz.
Khelif fue descalificada en 2023 del Mundial de Boxeo, organizado por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA, por sus siglas en inglés), al no lograr pasar las pruebas de elegibilidad de género. La taiwanesa Lin Yu-ting, a quien también se le había permitido participar en ese certamen, corrió con la misma suerte.
La pugilista italiana dijo que no estaba en París "para juzgar o emitir juicios". "Si un atleta es así, y eso no está ni bien ni mal, no me corresponde a mí decidirlo. Yo solo hice mi trabajo como boxeadora. Subí al ring y luché. Lo hice con la cabeza en alto", expresó.
Por su parte, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que se encuentra en la capital francesa, consideró que el combate no fue "paritario". "Creo que las atletas que tienen características genéticas masculinas no deberían ser admitidas en las competiciones femeninas […] No porque queramos discriminar a alguien, sino para proteger el derecho de las deportistas a competir en igualdad de condiciones", manifestó.
No obstante, el Comité Olímpico Internacional (COI) afirmó en un comunicado que "todos los que compiten en la categoría femenina cumplen con las normas de elegibilidad y de inscripción de la competencia", al tiempo que calificó de "arbitraria" la decisión de la IBA del año pasado, ya que las dos atletas "fueron descalificadas repentinamente, sin el debido proceso".