La primera ministra de Bangladés, Sheikh Hasina, ha dimitido y abandonado el país este lunes, en medio de los violentos disturbios que se han cobrado la vida de centenares de personas en los últimos días.
Cientos de manifestantes enfervorizados asaltaron esta jornada la residencia de Hasina tras su marcha, tras más de un mes de mortíferas protestas antigubernamentales. En redes sociales se difundieron videos de multitudes corriendo hacia el recinto, ondeando banderas mientras celebraban.
Una fuente cercana a Hasina, de 76 años, había declarado anteriormente a la AFP que había abandonado su palacio para dirigirse a un "lugar más seguro", huyendo de la capital, Daca, en helicóptero.
Antes de que los manifestantes irrumpieran en el recinto, el hijo de Hasina instó a las fuerzas de seguridad del país a bloquear cualquier toma de posesión. "Su deber es mantener a salvo a nuestra gente y a nuestro país, y defender la Constitución", dijo Sajeeb Wazed Joy, residente en Estados Unidos, en un mensaje publicado en redes. "Significa que no deben permitir que ningún gobierno no elegido llegue al poder ni un minuto, es vuestro deber", agregó.
Las Fuerzas Armadas habían apoyado al gobierno de Hasina durante los disturbios, que comenzaron en contra de las cuotas de empleo en la función pública y luego se intensificaron con llamamientos más amplios para que dimitiera.
El máximo comandante del Ejército bangladesí, el general Waker-Uz-Zaman, anunció que se formará un gobierno interino para dirigir el país. "Asumo toda la responsabilidad", indicó. "El país ha sufrido mucho, la economía se ha resentido, muchas personas han muerto, es hora de poner fin a la violencia", aseguró.