Estados Unidos anunció el pasado viernes el traslado de un portaviones y varios activos aéreos adicionales a la región de Oriente Medio. "Eso está completamente enfocado en defender a Israel de las posibles amenazas que puede enfrentar y por nuestro deseo de disuadir esas amenazas, defendernos de ellas y, en última instancia, reducir esta situación y evitar que se deslice hacia una guerra regional", afirmó el domingo Jonathan Finer, viceasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, en el programa 'Face the Nation' de CBS.
Las tensiones en Oriente Medio se agravaron la semana pasada tras el asesinato en Teherán del líder político del grupo palestino Hamás, Ismail Haniya, y la muerte del comandante militar del movimiento libanés Hezbolá, Fuad Shukr, en un ataque israelí en Beirut.
La región enfrenta el riesgo de un conflicto ampliado entre Israel, Irán y sus aliados. Teherán y Hamás acusan a Tel Aviv de ejecutar el ataque en donde murió Haniya, horas después de que asistiera a la toma de posesión del nuevo presidente de Irán, y junto con Hezbolá han jurado tomar represalias. Por su parte, Israel no ha reivindicado ni negado su responsabilidad en el asesinato.
Este lunes, el presidente de EE.UU., Joe Biden, convocará a su equipo de seguridad nacional para discutir los acontecimientos en Oriente Medio, comunicó la Casa Blanca, agregando que el mandatario también hablará con el rey Abdulá de Jordania.
En este contexto, el medio Axios informó, citando a tres fuentes, que el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, le dijo a sus homólogos de los países del G7 que Irán y Hezbolá podrían comenzar a atacar a Israel este mismo lunes. Sin embargo, el funcionario señaló que no estaba claro cómo se produciría la ofensiva ni el momento exacto.
De acuerdo con Jonathan Finer, Washington no participó en ninguna de las actividades militares y de otro tipo que tuvieron lugar en el transcurso de la última semana y su único objetivo es "evitar que la situación en Oriente Medio siga escalando".