El Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados (B'Tselem) en un nuevo informe denunció la humillación, el hambre extrema, golpizas, violencia sexual, así como otros abusos y trato inhumano que sufren los presos palestinos bajo la custodia israelí en los últimos meses.
El documento, titulado 'Bienvenidos al infierno', enfatiza que estos abusos se intensificaron y cobraron una forma sistemática desde que Israel lanzó su ofensiva en la Franja de Gaza, luego del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 en territorio israelí. Desde entonces, "miles de palestinos han sido arrestados y encarcelados en cárceles israelíes", la mayoría de ellos sin cargos ni juicio bajo el "estado de emergencia carcelaria", promulgado por el ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, el 18 de octubre de 2023.
"Los escuchamos gritar y llorar por la paliza"
El informe contiene los testimonios de 55 ciudadanos palestinos que "cuentan la historia de torturas, abusos, condiciones inhumanas y negación de necesidades básicas como comida, agua y atención médica" durante su estancia en prisiones israelíes desde el pasado octubre. Algunos de los presos —que dieron sus testimonios tras ser liberados, "casi todos sin cargos"— fueron encarcelados antes de que empezara la guerra de Israel en la Franja de Gaza, por lo que en sus huesos pudieron sentir el drástico cambio de las condiciones y el trato en las cárceles israelíes.
Así, Firas Hassan, de 50 años de edad, en su testimonio dijo que tras el 7 de octubre los presos palestinos fueron privados de todas sus pertenencias, tenían solo una botella de agua para siete reclusos en una misma celda, por lo que se veían obligados a "limpiar bolsas de basura" para llenarlas de agua. "Bebíamos de ellas y también las usábamos para limpiar los baños. Debido a la escasez de agua, íbamos al baño lo menos posible, lo que provocaba dolor de estómago a algunas personas", recordó.
Añadió que los "prisioneros de Hamás" de otra celda fueron golpeados brutalmente. "Los escuchamos gritar y llorar por la paliza. Fue horrible. Pasé 13 años en prisión en el pasado y nunca experimenté algo así", sostuvo. Hassan, junto con otros reclusos también sufrió fuertes palizas, a veces varias veces al día. Además, uno de los compañeros de celda le confesó en noviembre a Hassan que un guardia lo había violado con una porra.
Tortura no justificada
"La información que se repite constantemente en estos testimonios revela un mecanismo institucionalizado, eficiente y sistemático que ha hecho de la violencia, la humillación y la degradación parte integral de la rutina impuesta a todos los palestinos clasificados como 'presos de seguridad' en 17 instalaciones penitenciarias civiles y militares diferentes, desde que comenzó la guerra", denuncia el informe.
Además, la organización de derechos humanos estima que los testimonios de los presos palestinos liberados evidencian "la transformación apresurada de más de una docena de instalaciones penitenciarias israelíes, militares y civiles, en una red de campos dedicados al abuso de los reclusos como una cuestión de política". "Las instalaciones en las que cada recluso es sometido deliberadamente a un dolor y un sufrimiento severos e implacables funcionan como campos de tortura de facto", sostienen autores de la investigación, que duró varios meses.
El informe de B'Tselem concluye que "incluso si un pequeño número de estos prisioneros estuviera, de hecho, involucrado en los horribles crímenes del 7 de octubre", cometidos por los miembros del ala militar de Hamás durante su incursión en Israel, "eso no justifica la tortura, y mucho menos la creación de una red de campos de tortura para todos los prisioneros palestinos".