La historia de los agentes encubiertos rusos que trabajaban en Europa bajo identidad argentina
Los agentes encubiertos Artiom Dúltsev y Anna Dúltseva regresaron con sus dos hijos a Rusia en el marco del histórico canje de presos entre Moscú y Occidente realizado la semana pasada en Turquía. Tras varios días de ser intercambiados, compartieron su historia de vida, al afirmar que en la prisión eslovena jamás pensaron que su patria se olvidaría de ellos.
A pesar de que la pareja nació y se conoció en Rusia, en Eslovenia se hacían llamar Ludwig Gisch y María Rosa Mayer Muñoz, de Argentina. Vivían y trabajaban en Liubliana, donde Anna era propietaria de una galería de arte, y Artiom había fundado una 'startup' de tecnologías de la información. Sus hijos nacieron en Argentina y fueron criados como católicos de habla hispana.
En diciembre de 2022, la pareja de agentes encubiertos rusos fue detenida por una pista de la CIA mientras sus hijos estaban en la escuela.
"Nos amenazaron. Nos decían que Argentina supuestamente quería quitarnos la custodia de nuestros hijos. Decían que los niños podían ser asignados a otra familia", recuerda Anna, al añadir que "había una enorme presión sobre Eslovenia por parte de los servicios especiales de otros países" en este aspecto. No obstante, las autoridades de la prisión eslovena permitían a los padres comunicarse con los niños e incluso ayudarles a hacer los deberes.
"La familia es nuestro país"
Mientras estaban en prisión, Artiom y Anna eran visitados constantemente por un agente de inteligencia rusa. "En uno de los encuentros, un oficial del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia nos transmitió saludos del presidente y aseveró que Vladímir Putin y los servicios especiales estaban haciendo todo lo posible para nuestra liberación. Eso fue, por supuesto, un gran apoyo", sostuvo el agente.
⚡️🇷🇺 Putin felicita a los ciudadanos rusos canjeados pic.twitter.com/Qzz3okTXqH
— Sepa Más (@Sepa_mass) August 1, 2024
El regreso de los niños a Rusia junto con sus padres fue una de las principales condiciones establecidas por la parte rusa durante las negociaciones del intercambio de presos. Los menores conocieron que son rusos solo a bordo del avión con destino a Moscú. Debido a que no hablan nada de ruso, en el aeropuerto moscovita de Vnúkovo, el presidente Putin les dio la bienvenida a los niños en español.
"Lo más importante para nosotros es la familia y eso nos ayuda. La familia es nuestro país. Ni por un momento dudamos de que el país nos recordaba, y que Rusia y los servicios especiales estaban detrás de nosotros", hizo hincapié Artiom. Respondiendo a la pregunta de qué van a hacer en adelante, los oficiales de inteligencia rusos aseveraron que quisieran continuar su trabajo y servir a su patria.