Hallan un tesoro de monedas de oro persas con que pagaban a mercenarios
Un tesoro de monedas de oro persas del siglo V a. C., probablemente utilizadas para pagar a tropas mercenarias, fue descubierto por un equipo de investigadores dirigido por un arqueólogo de la Universidad de Míchigan en la antigua ciudad griega de Notion, en el oeste de la actual Turquía.
"Fui expulsado por 10.000 arqueros persas", dijo el rey espartano Agesilao II tras tener que salir de Asia Menor en plena campaña bélica en el 395 a. C., en alusión a la suma pagada por el sátrapa persa Farnabazo II, quien supuestamente sobornó a políticos atenienses y tebanos para que atacaran a las tropas de Esparta.
Las monedas muestran una figura de un arquero arrodillado, el diseño característico del dárico persa, un tipo de moneda de oro que circulaba en el Imperio persa y probablemente acuñada en la ciudad de Sardes (conocida como la capital del reino de Lidia, una importante potencia en el siglo VII a. C.).
El tesoro fue hallado dentro de una vasija a unos 100 kilómetros al noreste de Sardes, según el arqueólogo Christopher Ratté, el director del Proyecto Arqueológico de Notion, según reza un comunicado emitido por la universidad.
El tesoro, que el equipo dató en el siglo V a. C., proporcionará un punto de referencia que puede informar a los historiadores sobre la cronología y la historia del dárico persa, suponen los expertos de la Universidad de Míchigan.
"El descubrimiento de un hallazgo tan valioso en una excavación arqueológica controlada es muy raro", sostuvo Ratté. "Nadie entierra un tesoro de monedas, especialmente monedas de metal precioso, sin la intención de recuperarlo. Así que solo la más grave de las desgracias puede explicar la preservación de tal tesoro".
Los dáricos se acuñaron desde finales del siglo VI a. C. hasta la conquista del Imperio aqueménida —el primer y más extenso de los imperios persas— por Alejandro Magno en el 330 a. C., y el diseño de las monedas se mantuvo igual, solo con diferencias estilísticas menores. "Según el historiador griego Jenofonte, un solo dárico era equivalente al salario de un guerrero por un mes," explicó Ratté.