Adam Britton, un destacado zoólogo y experto en cocodrilos que trabajó en programas de la cadena BBC y el canal National Geographic, fue sentenciado en Australia este jueves a 10 años y cinco meses de cárcel por bestialidad y crueldad animal.
De acuerdo con el medio local ABC, Britton violó, torturó y asesinó a decenas de perros, en un esquema sistemático que practicó durante años. El australiano conseguía los animales a través de anuncios clasificados de personas que a menudo querían regalar sus mascotas, y prometía darles un "buen hogar".
"Placer y excitación"
Sin embargo, los canes eran sometidos a diversas vejaciones. Luego de mandar fotografías a sus antiguos dueños para convencerlos de que estaban bien en su nuevo entorno, los llevaba a un contenedor especial, al que llamó "sala de tortura", donde se grababa violándolos y matándolos, precisó Michael Grant, presidente del Tribunal Supremo del Territorio del Norte.
El material audiovisual era subido a Internet y compartido con otros internautas a través de varios canales en redes sociales. Según Grant, Britton obtenía "placer y excitación" con el sufrimiento de los animales. Sus abusos pasaron desapercibidos durante años, hasta que la Policía encontró una pista clave en uno de sus videos. Finalmente, fue arrestado en abril de 2022 después de un allanamiento a una propiedad rural suya, en la que también se descubrió material de abuso infantil, según documentos judiciales a los que tuvo acceso la BBC.
La investigación apunta a que 42 perros fueron torturados y 39 de ellos asesinados. El año pasado, Britton se había declarado culpable de 60 cargos de bestialidad, crueldad animal y posesión de material de abuso infantil. Esta semana, además de la pena de prisión se le ha prohibido de por vida comprar y tener animales.
Disculpas
Con un doctorado en zoología, Britton había logrado reputación mundial y parecía ser un defensor y apasionado de los animales. En una carta que escribió desde prisión y que leyó su abogado, Britton dijo que asumía "plena responsabilidad por los crímenes degradantes" que cometió. Asimismo, reconoció que había estado luchando casi toda su vida con un "trastorno parafílico poco común". "La vergüenza y el miedo me impidieron buscar la ayuda adecuada que necesitaba", afirmó, añadiendo que buscaría un "tratamiento a largo plazo". Las autoridades le diagnosticaron zoosadismo.
Grant manifestó no sentirse satisfecho con el presunto remordimiento del criminal por sus acciones, que considera llenas de "gran depravación y perversidad" y "totalmente fuera de cualquier concepción y comprensión humana ordinaria".