El líder de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Kim Jong-un, visitó de nuevo el jueves y el viernes las zonas afectadas por las inundaciones causadas por lluvias torrenciales en la provincia de Piongan del Norte para inspeccionar las labores de mitigación de las secuelas de la catástrofe natural y reunirse con los residentes locales.
Según la agencia KCNA, a su llegada al distrito de Uiju, Kim dio importantes instrucciones para la reconstrucción de la zona, subrayando que allí debe construirse un "distrito residencial altamente civilizado y moderno". Señala también que en el lugar ya se ha desplegado una numerosa mano de obra de construcción que incluye a personal del Ejército Popular y a jóvenes, mientras el transporte de materiales de reconstrucción se está llevando a cabo bajo un sistema de emergencia.
A continuación, el líder norcoreano visitó las tiendas de campaña en las que viven temporalmente las víctimas de las inundaciones, llevándoles ayuda humanitaria, así como dulces y ropa para los niños. Subrayando que las autoridades concentran todos sus esfuerzos en la campaña de restauración, pidió a los afectados que "soporten la dificultad un poco más hasta el día en que se construya un paraíso sobre las ruinas dejadas por la catástrofe natural y lleven una vida mejor", según la KCNA.
Además, Kim anunció que, mientras duren las obras de reconstrucción, todos los escolares y otros niños de las familias de las provincias afectadas por las inundaciones serán trasladados a Pionyang, donde recibirán atención y educación en un entorno seguro, con todos los gastos por cuenta del Gobierno, subrayando que éste es "el más importante de los asuntos estatales, al que nunca se podrá renunciar, ni siquiera si el cielo se viniera abajo". Añadió que los ancianos, los enfermos, los exsoldados discapacitados y las madres con bebés también serán trasladados a la capital.