El despliegue de un nuevo misil aire-aire en los portaviones estadounidenses que patrullan la denominada región del Indo-Pacífico puede cambiar la correlación de fuerzas en torno a Taiwán y en el mar de la China Meridional, valoraron en la agencia Reuters.
El nuevo misil AIM-174B, desarrollado por la corporación Raytheon a partir del SM-6, destinado a los sistemas de defensa aérea, incrementa el alcance de ataque de los aviones navales de EE.UU. desde los actuales 150 kilómetros hasta 400 kilómetros. Puede volar varias veces más lejos que la hasta ahora mejor opción estadounidense, el AIM-120 AMRAAM, que sale considerablemente más caro para el presupuesto armamentista. Además, tiene otras dos ventajas: no requerir nuevas líneas de producción y ser compatible con los aviones de al menos un aliado regional: Australia.
El surgimiento en China de aviones furtivos como el J-20 y del misil PL-15, apto para esas aeronaves y capaz de superar distancias de unos 250 km, "erosionó" la anterior ventaja estadounidense en el Pacífico, según explicó la investigadora principal del laboratorio de ideas Centro Stimson, Kelly Grieco. La gran distancia entre los puertos o bases navales estadounidenses y los potenciales objetivos de ataques chinos, en caso de un conflicto regional, complicaría mucho a la Armada de EE.UU. la misión de proteger a las fuerzas aliadas, pero el misil AIM-174B "cambia esa ecuación", según el artículo de Reuters.
"Si un caza chino puede superar en alcance [de fuego] a un caza estadounidense, significa que puede ser el primero en disparar", dijo Grieco. "Es difícil superar algo que viaja a [una velocidad de] Mach 4", precisó. Durante al menos siete años, ingenieros estadounidenses estuvieron preparando una respuesta a ese problema, todo dentro de un programa secreto de la Fuerza Aérea, y su trabajo desembocó precisamente en el nuevo misil.
Por otra parte, en opinión del experto taiwanés Chieh Chung, la incorporación de dicha arma al arsenal estadounidense aumenta la probabilidad de que EE.UU. se involucre en un potencial conflicto por Taiwán.
Raytheon y otros contratistas militares se negaron a comentar al medio cuántas unidades del AIM-174B se producirán. Tampoco respondieron a otras preguntas tecnológicas, como la eventual aplicación de esa modificación a modelos semejantes y ya existentes, como el SM-6.