Cómo la crisis de la vivienda convierte en una "pesadilla" el sueño americano

El problema de acceso a la vivienda se agudiza con el acercamiento de las elecciones presidenciales de EE.UU.

Tanto el alquiler, como la compra de una vivienda sigue siendo un lujo que pocos estadounidenses se pueden permitir. La tendencia bajista en el mercado inmobiliario, con caída de las ventas en los últimos años, corre pareja a un alto costo de vida, lo que supone un desafío para los aspirantes a la Presidencia de Estados Unidos, que tratan de convencer a los votantes de que solucionarán el problema, pero temiendo que la falta de un plan concreto que resuelva la situación pueda costarles la victoria.

"Parte del sueño americano es ser propietario de una vivienda. Y para mucha gente el sueño americano se ha convertido en una pesadilla", resume la situación a Financial Times el estratega demócrata Antjuan Seawright.

Aunque se espera que en septiembre la Reserva Federal de EE.UU. empiece a recortar los tipos de interés, sus esfuerzos de los últimos dos años por frenar la inflación han situado la compra de una vivienda aún más fuera del alcance de muchos. De hecho, los efectos de estos recortes solo los sentirán los votantes con el tiempo, paulatinamente, mientras que el último informe del índice de precios al consumidor evidencia que el coste de los gastos relacionados con la vivienda representó casi el 90 % de la inflación registrada en julio.

Los tipos interés de préstamos hipotecarios han empezado a bajar, con los tipos fijos a 30 años cayendo al 6,47 %, pero el coste de los préstamos para la compra de una vivienda ha subido mucho en los últimos años. En octubre de 2023, los tipos de interés alcanzaron un 7,79 %, su nivel más alto en 24 años, frente al 2,65 % a principios de 2021.

"Una cosa que está afectando a todo el mercado es que los compradores se enfrentan a tipos hipotecarios mucho más altos, por lo que la asequibilidad está muy por debajo, incluso condicionada por el precio de la vivienda", comenta a Financial Times David Seif, economista jefe de Nomura para los mercados desarrollados.

Entretanto, el alquiler sigue siendo caro. En marzo de 2023, la inflación de los alquileres se disparó hasta el 8,18 %, su máximo en 42 años, aunque para julio bajó al 5,2 %. El aumento de los alquileres significa que en un estado indeciso como Arizona se necesitan unos ingresos anuales de casi 70.000 dólares —casi el doble de los ingresos medios anuales de 37.209 dólares— para permitirse un apartamento de dos dormitorios, según National Low Income Housing Coalition.