El Parlamento de Tailandia eligió el pasado viernes a la primera ministra más joven de su historia, Paetongtarn Shinawatra, descendiente de la dinastía política más famosa y divisiva del país asiático.
Su nombramiento es el resultado de una serie de giros acaecidos en la política tailandesa en la última semana, después de que su predecesor, Srettha Thavisin fuera destituido formalmente el miércoles por el Tribunal Constitucional por faltar a las normas éticas y morales, después de nombrar en su gabinete a un abogado condenado.
Shinawatra, de 37 años, salió elegida sin contratiempos el pasado viernes, después de ganar por casi dos tercios una votación en la Cámara de Representantes, ya que su partido, Pheu Thai (al que también estaba afiliado Srettha), y sus aliados, poseen 314 de los 493 escaños.
Finalmente, este domingo, el rey Naha Vajiralongkorn respaldó la elección de Shinawatra. El secretario de la Cámara de Representantes, leyó la aprobación real en la sede del partido en la capital, Bangkok, en un acto en el que Shinawatra se arrodilló y rindió homenaje a un retrato del rey, antes de pronunciar un breve discurso de agradecimiento, en el que aseguró que está "decidida a cumplir" con sus deberes "en beneficio de la nación y del pueblo".
Dinastía política
Conocida por su apodo 'Ung-Ing', Shinawatra es la hija menor del multimillonario de las telecomunicaciones y exlíder Thaksin Shinawatra, fundador de su actual partido. Estudió en un selecto instituto conservador de la Universidad de Chulalongkorn, en Bangkok. Antes de entrar en política hace tres años, ayudó a dirigir la rama hotelera del imperio empresarial de su familia, hasta que en 2021 se convirtió en jefa del Comité Asesor de Inclusión e innovación del partido.
Es la tercera persona de su familia que ocupa el máximo cargo del país asiático. Su padre fue elegido primer ministro en 2001 y ejerció el cargo hasta 2006, cuando fue depuesto por un golpe militar. Asimismo, su tía Yingluck fue la primera mujer que encabezó el Gobierno del país, entre 2011 y 2014, cuando fue destituida de su cargo por el Tribunal Constitucional, antes de que los militares tomaran el poder en otro golpe de Estado.
Ambos se exiliaron voluntariamente para evitar ser detenidos por acusaciones de corrupción. Sin embargo, en agosto del año pasado, Thaksin regresó a Tailandia por primera vez desde 2008 y fue sentenciado a ocho años de prisión por abuso de poder, falta al respeto al monarca y rebeldía, aunque finalmente su pena fue reducida a un año gracias a un indulto real.
Las promesas de Shinawatra
Se espera que Shinawatra nombre en los próximos días a los 35 miembros de su gabinete. Su gobierno, afirmó, impulsará una iniciativa de "poder blando que aproveche las culturas históricas y contemporáneas del país, así como el turismo".
Asimismo, señaló que su nombramiento no significa el regreso de una dinastía, recalcando que no se dejará influenciar por otros. Shinawatra enfatizó que, aunque podría llegar a pedir consejo a su padre, ella tiene sus propias ideas y Thaksin no asumirá ningún papel en la administración.
Durante su mandato, Shinawatra deberá hacer frente a la difícil situación económica que atraviesa el país, así como a la menguante popularidad de su partido tras la destitución de Srettha y al posible ascenso de la oposición, que ha ganado popularidad en los últimos años.
Cuando hizo campaña para ser elegida candidata a primera ministra durante las elecciones del año pasado, entre sus promesas figuraban la reducción de las tarifas del transporte público de Bangkok, la ampliación de la cobertura sanitaria y la duplicación del salario mínimo diario.