Los citricultores de la ciudad de Apatzingán, en el estado mexicano de Michoacán, llevan una semana en paro para denunciar la extorsión de grupos criminales y la pasividad del Gobierno para protegerlos. Esta situación ya ha afectado los precios y la diversidad de productos en el mercado nacional, aunque la actividad del sector continúa en otras zonas del país.
Primero ocurrió con el aguacate en el pasado mes de junio, y ahora, las ventas de naranja y limón han sido afectadas por dinámicas sociales y naturales. En el caso del primer fruto, el Índice Nacional de Precios al Consumidor explicó que su costo aumentó hasta más de un 110 % con respecto al mismo período del año pasado. Este incremento está relacionado con el fin de temporada.
Mientras que la producción de limón inició un paro en regiones agrícolas de Michoacán debido a las extorsiones y subida de cuotas impuestas a los productores de este cítrico por el crimen organizado. El especialista en seguridad, David Saucedo, mencionó que diversos "grupos de mafias locales michoacanas" han estado extorsionando a los "productores, comerciantes, taxistas" y propietarios de pequeños negocios en el estado para "financiar su guerra con el Cártel Jalisco Nueva Generación".
Por su parte, el Gobierno de Michoacán minimizó el paro de labores limoneras atribuyéndolo a la inconformidad de agricultores por los bajos precios del mercado. No obstante, en municipios productores como Apatzingán, 15 de 32 empacadoras de limón suspendieron sus labores hasta que se no garanticen medidas de seguridad y la detención de sus extorsionadores.
Las autoridades estatales han ofrecido al sector limonero tomar el control logístico y de seguridad del denominado 'Tianguis Limonero en Apatzingán', en donde coinciden los productores, empaquetadores y comerciantes de este cítrico. Garantizar las condiciones en este establecimiento agrícola depende de la economía del gremio en el mayor estado productor de limón en la nación latinoamericana.