La Justicia argentina negó este jueves por unanimidad la solicitud de libertad anticipada introducida por el sacerdote Julio César Grassi, quien cumple una condena de 15 años de prisión por abuso sexual infantil en el penal bonaerense de Campana, donde deberá permanecer hasta mayo del 2028, recoge La Nación.
"Hoy vimos en vivo a un monstruo. Ya lo dijeron los peritajes. Se comprobó que es la misma persona agravada, que su palabra es la única que vale. En el 2028 la Argentina va a tener que debatir si hay lugar para liberar a un monstruo y bajo qué condiciones, aun cuando cumpla la pena", sostuvo el representante legal de las víctimas, Juan Pablo Gallego.
Sostiene que los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal tomaron en consideración los alegatos de la defensa, que se fundamentaron en la violación de la Convención de los Derechos del Niño, mientras que Grassi, que se representó a sí mismo, "intentó impugnar todos los informes [del Servicio Penitenciario Bonaerense]".
Por su parte, el presbítero aseveró que militó "como sacerdote a través de la Fundación [Felices los Niños] y en muchas otras acciones en barrios populares contra todo tipo de maltrato contra los niños y frente a los adolescentes", pero ello no bastó para convencer a los togados.
Acusado de "abuso sexual agravado"
Grassi fue sentenciado en el 2009, tras ser hallado culpable de "abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima", "reiterado en dos hechos, en concurso real entre sí, que, a su vez, concurrieron formalmente con corrupción de menores agravada por su condición de encargado de la educación y de la guarda".
Los hechos ocurrieron entre noviembre y diciembre de 1996, pero salieron a la luz en el 2002, cuando una víctima denunció en un canal de televisión que había sido abusado sexualmente por el religioso. Varios menores sin familia, que se encontraban al cuidado del sacerdote en la Fundación Felices los Niños, se adhirieron al señalamiento y relataron los horrores que les hizo pasar el cura.
Aunque la sentencia se impuso en el 2009, Grassi permaneció en libertad hasta el 2013, cuando fue detenido y llevado al penal de Campana. Fue apenas en el 2017 cuando el dictamen quedó definitivamente firme, una vez se agotaron todos los recursos que interpuso su defensa.
Intentos fallidos
No es la primera vez que el presbítero hizo el intento por salir de prisión. En la fase aguda de la pandemia de covid-19 luchó para obtener una medida de casa por cárcel, pero se le denegó, al estimarse que no hacía parte de los grupos de alto riesgo de contagio.
Se preveía que saldría en libertad en el 2026, porque en el 2017 recibió un beneficio procesal. Sin embargo, el fallo fue recurrido en la Cámara de apelaciones y en junio del 2022 la sentencia le fue extendida por 2 años, al determinarse que no era elegible para recibir esa prebenda.