El presidente de Colombia, Gustavo Petro, aseveró este lunes que "la oferta de combustibles es plena" y que "no hay razón para desabastecimiento", después de que fuese "superado" el incidente en la refinería de Cartagena, que sufrió una falla eléctrica el pasado 16 de agosto.
Las palabras de Petro se producen después de una comparecencia conjunta ante los medios de comunicación de Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol —la principal empresa petrolífera del país—, y el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho.
Roa afirmó que en agosto se cumplirá en un 96 % la disponibilidad de combustible comprometida contractualmente con los distribuidores mayoristas. "No ha habido desde Ecopetrol un incumplimiento a ese criterio legal establecido en los contratos", señaló el presidente de la compañía.
Por su parte, el ministro recalcó: "Combustible de aviación tenemos, el país tiene la garantía del abastecimiento y ahora lo que estamos revisando son las cadenas de suministro y las comercializadoras".
En esa línea, Camacho anunció el inicio de las inspecciones a cada una de las comercializadoras, al tiempo que se solicitó a la Superintendencia de Industria y Comercio, la implementación de "acciones para verificar las posibles fluctuaciones y las condiciones del mercado" que han tenido lugar durante esta contingencia.
Petro, en un mensaje en las redes sociales, apoyó las palabras de su ministro y reiteró que pedirá a las superintendencias, "que investiguen por qué no llega el combustible a algunos aeropuertos".
Tras el incidente de la refinadora, la situación en muchos aeropuertos del país se ha tornado casi insostenible. Según recoge la prensa colombiana, en el aeropuerto de Cartagena la situación se volvió crítica desde el pasado 23 de agosto, cuando el proveedor WFS suspendió por completo el suministro a un avión, mientras que desde este lunes, Terpel cortó el servicio a tres compañías aéreas.
En el aeropuerto de Bogotá, los principales proveedores, Terpel y Chevron, están en niveles alarmantemente bajos y desde ayer algunas aerolíneas han comenzado a cancelar vuelos. Situaciones similares se viven en los aeródromos de Medellín, Bucaramanga, Cali, Cúcuta, Leticia, Montería, Pasto, Pereira, Santa Marta o Valledupar, entre otros.