La bloguera y 'coach' sobre criptomonedas Yulia Vavílova, quien supuestamente estaba con Pável Dúrov, empresario de origen ruso y jefe de Telegram, durante su arresto en Francia, no ha tenido contacto con su madre desde la madrugada del domingo. Así lo informó el lunes el canal Baza, citando a familiares de la joven.
El padre de Yulia informó que la última vez que se comunicó con ella fue el pasado 2 de agosto cuando la felicitó por su cumpleaños. También confirmó que los planes de su hija incluían un viaje a Francia.
Las fuentes del medio señalaron que la última vez que la bloguera habló con su madre fue hace unos días, agregando que el domingo intentó llamar a Yulia, pero no contestó.
'Gamer', 'streamer' y criptoinversionista
A juzgar por las redes sociales, Vavílova, de 24 años, vive en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) y a menudo se encuentra en los lugares donde está Dúrov, por lo que se especula que se trata de su pareja. Por ejemplo, a mediados de agosto, publicó en sus redes que había volado a Azerbaiyán desde Kazajistán. Detrás de la joven se veía un jet privado.
En junio, Dúrov habría alquilado un helicóptero del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Kirguistán por un millón de rublos (unos 10.800 dólares) para llevar a Yulia a un paseo de tres horas, informó SHOT. El vuelo habría sido estrictamente confidencial y con la prohibición de revelar el nombre del empresario.
Vavílova se autodenomina 'gamer', 'streamer' y dirige un canal sobre criptomonedas. Reportan que vivía en Moscú antes de mudarse a EAU en 2022. Su madre es emprendedora y anteriormente fue propietaria de una tienda de ropa para niños, donde la bloguera participó repetidamente en sesiones de fotos para promocionar sus productos.
- Dúrov, de 39 años, fue detenido el sábado pasado al bajar de su avión privado en la pista del aeropuerto de París-Le Bourget, tras llegar desde Azerbaiyán.
- Las autoridades del país europeo consideran que la falta de moderación y de cooperación del empresario con las fuerzas del orden, así como las herramientas que ofrece Telegram (número desechable, criptografía, etc.), le convierten en cómplice de tráfico de drogas, delitos de pedofilia y fraude, entre otros.