La gira que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, lleva a cabo estos días por Mauritania, Gambia y Senegal, ha dado el salto a la política nacional por avivar el debate en torno a la migración irregular, ya que la oposición considera que sus propuestas causan un "efecto llamada".
La trifulca comenzó el miércoles, con el plan que Sánchez llevó a los tres países africanos para fomentar lo que se conoce como inmigración circular. Se trata de formar y contratar en origen a 250.000 trabajadores, con el objetivo de frenar la llegada de migrantes irregulares en cayucos, principalmente a las Islas Canarias, y ordenar la situación.
Desde el principal partido de la oposición, el Partido Popular (PP), se le tachó de "irresponsable". "En vez de ir a África a combatir las mafias, Sánchez promociona España como destino. Al revés que el resto de la UE", afirmó ayer el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.
Las declaraciones de Núñez Feijóo y del portavoz del grupo popular en el Congreso, Miguel Tellado, fueron calificados por miembros del Gobierno como alimento de la xenofobia y del odio.
"La falta de humanidad y de responsabilidad del PP no tiene límites. En vez de colaborar en resolver el problema de la migración, intenta que España fracase en esta tarea", sostuvo el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños.
La polémica dio un giro poco después, cuando Sánchez defendió esta mañana la devolución de migrantes que lleguen a España en situación irregular para desincentivar a las mafias que incentivan la ruta. La palabras del presidente han sido valoradas por la oposición como una rectificación, por lo que han exigido que el Ejecutivo se disculpe por los ataques recibidos por el PP en los últimos días.
"Una vez más, el PSOE y Pedro Sánchez demuestran que el sanchismo solo acierta cuando rectifica", ha esgrimido Tellado, a la vez que pedía las disculpas de quienes "criticaban al PP por pedir una política migratoria responsable".