Más de 2.000 niños en Francia se ven obligados a dormir en la calle debido a la falta de alojamiento de emergencia disponible o adecuado, revela el sexto barómetro de UNICEF Francia y la Federación de Actores Solidarios (FAS) publicado este jueves y en el que alerta de las consecuencias "desastrosas" de una infancia sin hogar.
"Al menos 2.043 niños se encontraban sin alojamiento la noche del 19 de agosto, un aumento del 120 % respecto a 2020", dice el texto, destacando que 467 son menores de tres años. Se trata de una cifra sin precedentes durante el período de regreso a clases, un 3 % más en comparación con agosto de 2023 y un 27 % respecto a 2022.
Las organizaciones señalan que estas cifras "no son exhaustivas", ya que muchas personas "no utilizan o no pueden contactar con el [número de emergencia social francés] 115", y no tienen en cuenta a los menores sin hogar no acompañados ni a las familias que viven en casas ocupadas o barrios marginales.
La presidenta de UNICEF Francia, Adeline Hazan, describe estos números como una "tragedia" en "flagrante violación de los principios de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño" ratificada por París.
"Estamos muy, muy preocupados al ver que, lejos de mejorar, la situación empeora año tras año. Es una tragedia cuando conocemos las inmensas consecuencias tanto en términos de salud mental como de educación", expresó.
Según las organizaciones, esta alarmante situación se debe a las políticas de corto plazo de alojamiento y vivienda, desde la "ley anti-okupación, la reducción de las APL [ayudas a vivienda] y la desintegración de la ley SRU [Ley de Solidaridad y Renovación Urbana]", que impone cuotas de vivienda social a las ciudades.
En este sentido, piden al Gobierno francés un "aumento inmediato de las plazas de alojamiento, prometido desde enero de 2024, así como la implementación de un programa plurianual de alojamiento y vivienda" que den paso a "políticas ambiciosas para el acceso a viviendas sostenibles".