Un residente de Singapur tenía tantas ganas de divorciarse de su mujer que decidió ponerle drogas en el coche para que tuviera problemas con la justicia y así acelerar el proceso. Sin embargo, las cosas no salieron según lo previsto, y ha sido precisamente el hombre quien ha terminado en la cárcel, informó la prensa local.
Tan Xianlong, de 37 años, se casó en 2021, pero un año después la pareja se separó y su mujer se mudó de la casa donde vivían con los padres de su esposo. Sin embargo, no podían solicitar el divorcio, ya que Singapur solo permite tramitarlo a las parejas que llevan casadas al menos tres años.
Fue entonces cuando Tan, tras consultar con abogados, se enteró de que las autoridades podían hacer una excepción en el proceso de divorcio si un miembro de la pareja tenía antecedentes penales. A continuación, pidió dinero prestado a un amigo y compró un paquete de marihuana en el mercado negro, que resultó contener 510 gramos de esta droga, para introducirlo en el coche de su mujer.
El hombre estaba enfadado con su esposa por no haber contribuido lo suficiente en el presupuesto familiar. Al mismo tiempo, era consciente de que, según las leyes locales, la posesión de más de 500 gramos de estupefacientes puede conllevar la pena de muerte, pero decidió actuar de todos modos. En correspondencia con su exnovia, describió su plan como "el delito perfecto".
Sin embargo, Tan pasó por alto el hecho de que había una cámara instalada en el coche de su esposa, que envió una notificación al teléfono de la mujer en la que se mostraba a su marido caminando alrededor del vehículo. Ella se puso entonces en contacto con la Policía, que acabó deteniendo a Xianlong.
Durante la investigación, resultó que el paquete solo contenía 216 gramos de droga pura, lo que implicaba una pena de cárcel de hasta 10 años. Sin embargo, como cooperó con la investigación y se declaró culpable, pasará tres años y diez meses en prisión.