La Unión Europea (UE) emitió este martes un comunicado asegurando haber "tomado nota" acerca de la reciente visita de Vladímir Putin a Mongolia, expresando su desacuerdo con que Ulán Bator no haya detenido al presidente ruso.
El organismo manifestó que "lamenta" que Mongolia, pese a ser firmante del Estatuto de Roma —documento constitutivo de la Corte Penal Internacional (CPI)— "no haya cumplido con sus obligaciones en virtud del estatuto de ejecutar la orden de detención".
Asimismo, el organismo reiteró su apoyo a "las investigaciones que lleva a cabo la Fiscalía de la CPI" y solicitó "la plena cooperación de todos los Estados partes".
Indignación por la visita
Este lunes, la portavoz de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Nabila Massrali, dijo que, aunque Mongolia tiene derecho a desarrollar sus lazos internacionales "según sus propios intereses", es firmante del Estatuto de Roma "con las obligaciones jurídicas que conlleva". Añadió que Bruselas había expresado al Gobierno mongol su preocupación al respecto.
Por su parte, el régimen de Kiev ya ha expresado su indignación por la visita de Putin, amenazando con "consecuencias" al país asiático por no detener al mandatario ruso. "El hecho de que el Gobierno de Mongolia no haya ejecutado la orden de detención vinculante de la CPI contra Putin es un duro golpe para la CPI y el sistema de justicia penal internacional", afirmó el portavoz de la Cancillería ucraniana, Georgui Tijiy, añadiendo que Ucrania "trabajará con sus socios" para garantizar que esto tenga "consecuencias" para Ulán Bator.
- La CPI emitió la orden de detención contra el mandatario ruso en marzo del año pasado, citando su responsabilidad en presuntos crímenes de guerra cometidos en Ucrania. El tribunal ubicado en La Haya, Países Bajos, calificó la supuesta deportación de menores de edad ucranianos al territorio ruso como crimen de guerra y señaló que hay suficientes fundamentos para creer en la responsabilidad directa de Putin.
- A su vez, las autoridades rusas en varias ocasiones calificaron la decisión de la CPI de absurda e insignificante.