Un equipo de científicos chinos afirma haber encontrado una forma para fabricar un misil hipersónico con un cono de punta de acero, algo que antes se consideraba imposible debido a que el acero comienza a fundirse a unos 1.200 ºC mientras que la temperatura en la punta de un arma hipersónica puede alcanzar los 3.000 ºC por el calentamiento en la atmósfera.
Los investigadores, dirigidos por Huang Fenglei, profesor del Instituto de Tecnología de Pekín, sostuvieron que el diseño que han desarrollado para misiles capaces de alcanzar Mach 8 (ocho veces la velocidad del sonido) marca un avance clave en la protección térmica, ya que lograron prescindir del uso de tungsteno, un carísimo y raro metal que se utiliza normalmente para reforzar las partes de los vehículos hipersónicos que más se calientan, informa South China Morning Post.
Las aleaciones de tungsteno también acumulan mucha energía térmica, y una investigación del Congreso de Estados Unidos llevada a cabo el año pasado determinó que esta protección térmica es inadecuada, lo que supuso abandonar el proyecto del vehículo hipersónico X-51 Waverider de Boeing.
Solución: capa de cerámica
Según el equipo de Huang Fenglei, agregar una capa de protección térmica fabricada con el uso de cerámica sobre la carcasa de acero podría resolver el problema que supone soportar temperaturas de más de 3.000 ºC, según el artículo con el que describe un misil antibuque de planeo hipersónico y que fue publicado el mes pasado en la revista china Acta Armamentarii.
El equipo chino diseñó un misil balístico antibuque que se puede lanzar a la atmósfera y luego, al descender a una altitud de 30 a 20 km, apuntarlo hacia una nave objetivo.
Sin esa tecnología de protección térmica, un misil hipersónico de acero no sobreviviría más de 20 segundos a su velocidad máxima.