Al menos tres personas han muerto y 95 han resultado heridas como consecuencia del devastador tifón Yagi, que azotó China este viernes, informó la Televisión Central de China (CCTV).
El supertifón afectó a las provincias de Hainan y Guangdong, así como a la región autónoma Zhuang de Guangxi. Dañó diversas infraestructuras en ciudades y zonas rurales, y provocó una suspensión parcial de las conexiones de transporte. Según los informes, más de 1,2 millones de personas se han visto afectadas en algún grado por la catástrofe.
Lo que comenzó como una tormenta tropical, se convirtió en un supertifón extremadamente peligroso y potente con vientos de hasta 245 km/h. Según se desprende de los videos difundidos en las redes sociales, los vientos huracanados arrancaron tejados de edificios, volcaron camiones, rompieron árboles y derribaron a personas.
A su vez, el presidente chino, Xi Jinping, ordenó reforzar las medidas para eliminar las consecuencias de la catástrofe natural. Instó a restablecer cuanto antes las infraestructuras dañadas de transporte, energía, comunicaciones y otras, y a garantizar eficazmente la seguridad de la vida y los bienes de la población.
El paso del tifón
Anteriormente, el lunes, el supertifón también pasó por Filipinas, donde causó la muerte de al menos 16 ciudadanos y 1,7 millones de personas se vieron afectadas, de las cuales 106.000 tuvieron que dejar sus hogares debido a las fuertes inundaciones.
Este sábado alcanzó la costa septentrional de Vietnam, golpeando el centro industrial de Hai Phong y hundiendo varios barcos. Las autoridades se vieron obligadas a cerrar los cuatro aeropuertos del país, incluido el de la capital, Hanói.
Además, fue cancelado un partido de fútbol entre las selecciones nacionales de Rusia y Tailandia, que debía celebrarse el 7 de septiembre en Hanói, debido a las condiciones meteorológicas. Según los meteorólogos, el tifón debería de continuar hacia Laos.