José Aron Medina Aranda, de 36 años, y Alexander Ante, de 47 años, ambos de nacionalidad colombiana, están acusados en Rusia de ser mercenarios, contratados por Kiev para combatir de su lado. Los dos hombres reconocen que fueron reclutados para ser parte del tristemente célebre batallón nazi Karpatska Sich.
"Un amigo, un amigo del Ejército, del Ejército en Colombia, andaba por acá y él me dijo: 'Estoy en Ucrania, si te interesa, me avisas'. Y así empezó el proceso", declaró Alexander Ante.
Por su parte, José Aron Medina Aranda dijo que le "mandaron una carta, fue lo único, todo esto, y ahí para que llegara hasta Ucrania".
Razones detrás de la decisión de llegar al frente
RT tuvo la oportunidad de conversar con ellos. Durante la entrevista, aseguraron que les pagaban unos 3.000 dólares por mes y que fue esto lo que les motivó para ir al frente. Actualmente en las redes sociales circulan múltiples videos, que se divulgan con el objetivo de atraer a nuevos reclutas. Una de las promesas que se hace es —ni más, mi menos— el amparo de EE.UU.
En uno de los videos difundidos, se afirmaba que "Ucrania es muy puntual para los pagos" y los mercenarios "tienen muchos beneficios". Así, trabajan directamente con el Ejército y pueden solicitar asilo político en EE.UU.
Entre otras cosas, Medina Aranda confesó que otra razón, por la que decidió alistarse en las filas del Ejército ucraniano, fue la información divulgada por los medios occidentales sobre el transcurso del conflicto. Al llegar al terreno, se dio cuenta de que había sido víctima de una propaganda falsa. "Sí, afecta a la mente, porque dicen que [los rusos] matan niños, que destruyen. Entonces, más de uno vino a apoyar para evitar lo que dicen en las noticias. Entonces, vienen, pero en sí son cosas que son mentiras", afirmó.
Pero ahí no acaban las mentiras. Ambos colombianos insisten en que no han estado en el frente y tratan de convencer de que ni siquiera querían participar en los combates contra las Fuerzas Armadas rusas.
Pero el hecho de que sí estuvieron involucrados lo demuestran numerosos videos que ellos mismos han publicado en las redes sociales, sobre todo, Medina Aranda, quien durante su estancia en Ucrania a menudo se jactaba de las modernas municiones que utilizaba.
Batallón nacionalista
El batallón ucraniano Karpatska Sich tiene carácter nacionalista. Sus miembros han cometido crímenes de guerra y atrocidades contra civiles en Donbass. Unos hechos documentados, que los mercenarios afirman que no conocían. Eso sí, dicen que no fueron tratados como iguales durante su estancia en el batallón. "El tratamiento, yo creo que son como un poco, yo como le llamo, como racistas. O sea, a uno lo tratan como si fuéramos empleados del servicio (doméstico). Así, digamos que dicen... No le dicen a uno, sino que así... Le hablan como a las patadas, sí", dijo Ante.
Entre las filas de Karpatska Sich hay muchos mercenarios extranjeros. Es notable la cantidad de militares de países latinoamericanos, tales como Colombia, Perú y Chile. Según cuentan los detenidos, en estos momentos muchos de ellos tratan de huir del campo de batalla debido a los avances del Ejército ruso. "Lo último que he escuchado es que la mayoría estaba retrocediendo porque el Ejército ruso estaba avanzando. Es lo que estaba escuchando", señaló Medina Aranda.
Piden a otros que no arruinen sus vidas
Los colombianos procesados en Moscú llaman a sus compatriotas a no arruinar sus vidas en busca de dinero. "Les digo de corazón, la familia vale mucho más que un centavo en el bolsillo. Que no lo hagan, o sea, piensen en sus familias. Es muy bonito estar al lado de sus familias [...] yo les diría de corazón que no lo hagan, piensen bien en su familia. Y que, como decimos en Colombia: 'De arrocito con huevo vive uno en Colombia'", indicó Ante.
Ahora ambos permanecen en el centro de prisión preventiva de Lefórtovo y enfrentan cargos que les podrían acarrear unos 15 años de cárcel por haber ejercido como mercenarios. Desde el Gobierno ruso, en reiteradas ocasiones, han advertido sobre la inadmisibilidad de tales acciones, por lo que los detenidos apenas podrían aspirar a una posible reducción de condena.