El Ministerio de Defensa de Rusia ha actualizado este miércoles los datos sobre el curso del rechazo del intento de incursión en la provincia de Kursk emprendido por las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Según la cartera, en las últimas 24 horas, las pérdidas de las tropas del régimen de Kiev se elevaron a más de 350 militares y 13 blindados, incluidos tres tanques, tres vehículos blindados de transporte de tropas, siete vehículos blindados de combate, así como un cañón de artillería, dos lanzacohetes múltiples y 19 vehículos.
Mientras, las pérdidas totales ucranianas durante los combates en la zona ascendieron a 12.200 militares, 96 tanques, 42 vehículos de combate de infantería, 77 vehículos blindados de transporte de tropas, 656 vehículos blindados de combate, 401 vehículos, 90 piezas de artillería, 26 lanzacohetes múltiples, ocho lanzadores de sistemas de misiles antiaéreos, dos vehículos de transporte-carga, 22 estaciones de guerra electrónica, siete radares contrabatería, dos radares de defensa antiaérea y ocho piezas de equipos de ingeniería, detalla el comunicado.
En este contexto, el analista militar Mijail Onúfrienko afirmó al medio Vzglyad que el colapso de las fuerzas ucranianas en la provincia de Kursk se convertirá en un desastre personal para el comandante en jefe de las FF.AA. de Ucrania, Alexánder Syrski, por lo que es probable que transfiera a la zona más reservas, aunque para ello tenga que desproveer a otros sectores del frente.
"El problema de su mando es que abrieron demasiado la boca. Ahora tienen que pagar por ello", declaró Onúfrienko. Según el experto, las Fuerzas Armadas rusas podrían llegar pronto a la localidad de Lyubímovka, en el distrito de Kórenevo.