Una pequeña catástrofe ecológica se produjo en el Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad en Nuevo México (EE.UU.). Y todo por culpa de una bolsa de Cheetos a medio comer que se le cayó a un turista.
Después de que el visitante dejara caer el paquete de 'snacks' en una de las cuevas, los "detritos extraños" provocaron el crecimiento de moho y microbios que perturbaron el delicado ecosistema del lugar, reporta The Washington Post.
El maíz procesado en los Cheetos, ablandado por la humedad de la gruta, creó "el entorno perfecto para albergar vida microbiana y hongos", escribieron los empleados del parque nacional en redes sociales la semana pasada.
"Los grillos, ácaros, arañas y moscas de la cueva pronto se organizan en una red alimentaria temporal, dispersando los nutrientes [de los Cheetos] a la cueva y formaciones circundantes", continuaron. "Los mohos se extienden más arriba en las superficies cercanas, fructifican, mueren y apestan. Y el ciclo continúa", advirtieron.
Los guardaparques pasaron 20 minutos retirando meticulosamente los desechos y mohos extraños de las superficies de la cueva.
Los funcionarios enfatizaron que dejar caer una bolsa con comida dentro de la caverna es algo "completamente evitable".