El vocero de la presidencia de Argentina, Manuel Adorni, aseguró este viernes que el polémico operativo que reprimió a los jubilados y dejó al menos a dos niños afectados por el gas pimienta arrojado por policías, fue "impecable".
La controversia ha ido en aumento, sobre todo por el repudio contra la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ya que una niña de 10 años recibió gases directos en la cara durante las manifestaciones convocadas el miércoles contra el veto a la reforma jubilatoria. "El policía está para cuidarte, no para reprimirte", afirmó la pequeña.
Adorni aludió la polémica y dijo que ya se había comunicado con la ministra de Seguridad. "La doctora Bullrich entiende que el operativo fue impecable, [salvo] con los lastimosos episodios como el que ocurrió con la niña que sufrió el gas pimienta", aseveró.
No obstante, evitó condenar explícitamente la situación o develar si el Gobierno de Milei planteaba apartar a Bullrich de su cargo: "Sea en este o en cualquier otro operativo en el que algún efectivo haya cometido algo que esté por fuera del protocolo, van a tomarse las cartas sobre el asunto. Pero entiendo que no es este el caso", aseveró Adorni.
En esa línea, reiteró que él no hará ningún pronunciamiento sobre el asunto: "Si algo tendrá que decir sobre la actuación de este o de cualquier otro operativo es el propio ministerio de Seguridad, con sus actuaciones o sus investigaciones internas".
¿Qué pasó?
"¡Fuera Bullrich!", es el reclamo que se ha instalado en redes sociales y en algunos medios de comunicación, luego de la violencia institucional que las fuerzas de Seguridad repitieron el miércoles pasado en los alrededores del Congreso.
La niña agredida por la policía contó en una entrevista que, después de la represión, amaneció con ardor en la cara y no fue a la escuela. También manifestó su sorpresa por el accionar policial.
El miércoles, los jubilados volvieron a protestar a las afueras del Congreso, acompañados de múltiples organizaciones y de ciudadanos en general, para rechazar el veto a una ley que pretendía hacerles un modesto ajuste a sus pensiones. Ese día, los policías corrieron los límites y lanzaron gases lacrimógenos por lo menos a una niña y a un niño, que iban acompañados de sus respectivas madres.
La ministra de Seguridad, a través de la prensa afín, trató de instalar la idea de que los gases habían sido disparados por los propios manifestantes.
La manipulación duró poco, ya que un rato más tarde aparecieron otras grabaciones que demostraban que la funcionaria mentía, lo que provocó que incluso los periodistas oficialistas condenaran a Bullrich.