Italia enfrenta una creciente preocupación por el aumento del precio de su icónico café, tradicionalmente conocido por sus precios accesibles, que antes incluso estaban bajo regulación gubernamental. Ahora, sin embargo, los italianos están inquietos ante la posibilidad de que el costo del expreso suba hasta dos tercios en medio del aumento global en los precios de la popular infusión.
Luigi Morello, presidente del Instituto Italiano del Expreso, confesó a Financial Times que "todos están bastante nerviosos, con miedo y en pánico por el precio del expreso".
Los neoyorquinos o londinenses podrían envidiar a los italianos que, en el peor de los casos, se verían obligados a desembolsar hasta 2 euros por una taza de café tras el alza de los precios, pero en Italia, donde actualmente un expreso cuesta 1,20 euros, en promedio, y un cappuccino 1,50 euros, no lo ven así.
"Un producto como el expreso es una necesidad, como el pan", explicó al citado medio Luciano Sbraga, vicepresidente de la Federación de Establecimientos Públicos Italianos. "Cuando los clientes tienen la percepción de que el producto tiene tanta importancia, no es fácil subir los precios", indicó.
El aumento de precios se debe a la creciente inflación en los mercados de café, exacerbada por el cambio climático y las interrupciones en la cadena de abastecimiento global. Las recientes subidas en los precios de futuros de café y las disrupciones en la cadena de suministro, a su vez, ejercen presión sobre los costos, lo que podría llevar a un aumento en los precios del café servido en bares y cafeterías.
Gabriele Melluso, presidente de Assoutenti, advirtió que un incremento adicional en los precios podría poner en peligro "un ritual diario para millones de ciudadanos", y podría llevar a algunos a optar por preparar café en casa en lugar de tomarlo en locales.
A pesar de la presión para aumentar los precios, algunos propietarios de pequeños negocios buscan maneras de mitigar el impacto y mantener a su clientela. Así, el dueño de un bar en Liguria ofrece expreso a 70 céntimos si los clientes traen sus propias tazas y azúcar, mientras que Gianni Manganiello, dueño de Tazza D'Oro en Roma, vende el expreso a 1 euro, tras una subida de precios después de la pandemia, desde la tarifa anterior de 90 céntimos.