El nombre de Pablo Marçal, uno de los candidatos a la alcaldía de Sao Paulo, la ciudad más grande de América Latina, ya se mencionaba mucho antes de que el domingo pasado uno de sus rivales le lanzase una silla en pleno debate en directo en televisión.
Este hombre, en contra del aborto y de todo lo que juzga como comunismo, tiene 37 años y arrasa en las redes sociales, donde suma millones de seguidores. Es cristiano, está casado con Ana Carolina Marçal -su primera y única novia- y tiene cuatro hijos.
"Marçal es triatleta y compagina su vida personal con una carrera polifacética. Trabaja como director visionario de un conglomerado multimillonario abarcando 19 sectores (...) y formando uno de los ecosistemas de negocios más grandes de América Latina", se detalla en un perfil sobre el candidato.
El texto meciona que ha escrito varios superventas y es "un filántropo, fuertemente involucrado en acciones sociales". Según O Globo, una parte esencial de su fortuna proviene de la venta de libros y cursos sobre emprendimiento, autoayuda, inteligencia emocional y libertad financiera.
Una fortuna millonaria
El político suele destacar que su madre limpiaba casas, que su padre era funcionario público y que él comenzó trabajando en un centro de llamadas hasta que decidió emprender e involucrase en eventos. El Tribunal Electoral declaró su bienes en 193 millones de reales (unos 35 millones de dólares).
Su desafío ahora -dice- es "transformar la mentalidad de los brasileños". Su estrategia pasa por llegar a la gente a través de la polémica y crear contenidos virales, por lo que ha sido comparado con líderes como Javier Milei, Jair Bolsonaro o Donald Trump.
"En el proceso electoral, perdónenme, hay que ser idiota. Desafortunadamente, a nuestra mentalidad le gusta eso. Y, como somos personas a las que les gusta eso, necesito producir eso. Necesito tener un comportamiento que llame la atención", comentó en una entrevista.
Cargar contra sus opositores es una de sus principales líneas de acción. Lo hizo el domingo cuando recordó unas acusaciones por acoso, que luego fueron retiradas, contra el periodista y candidato José Luiz Datena, quien tras el comentario le lanzó una silla en directo.
El 'influencer' aprovechó lo ocurrido para mostrarse como una "víctima política". Con un traumatismo en el tórax, publicó un video en el que se le veía con una mascarilla de oxígeno de camino al hospital y otro donde comparaba los hechos con la apuñada que recibió Bolsonaro en 2018 o con el disparo este año contra Donald Trump.
Un nombre envuelto en polémica
Marçal ha atraído el voto de muchos bolsonoristas y evangélicos y, a pocas semanas de las elecciones municipales, el 6 de octubre, ha conseguido entrar en la batalla que libran el actual prefecto y candidato, Ricardo Nunes, apoyado por Jair Bolsonaro, y Guilherme Boulos, respaldado por Luiz Inácio Lula da Silva.
No es la primera vez que el candidato del derechista Partido Renovador Laborista Brasileño (PRTB) asoma la cabeza en unos comicios. En las elecciones de 2022, quiso alcanzar la presidencia con el Partido Republicano del Orden Social (PROS), sin embargo, la formación terminó apoyando la candidatura de Lula.
Su nombre ha estado envuelto también en varias polémicas. La última fue en agosto, cuando un magistrado suspendió de forma cautelar sus perfiles en las redes sociales tras una denuncia del Partido Socialista Brasileño (PSB), en el que milita la también candidata a la Alcaldía de Sao Paulo, Tabata Amaral.
El PSB le acusó de "abuso de poder económico" al ofrecer remuneraciones a los perfiles que publicasen contenidos favorables sobre él. Marçal negó las acusaciones y dijo ser víctima de una "persecución".
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