El Servicio Secreto de Estados Unidos ha asumido la responsabilidad por los fallos cometidos durante el intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump en julio en un mitin de campaña en Pensilvania, según ha declarado el director en funciones de la agencia, Ronald Rowe.
"Es importante que asumamos la responsabilidad de los fallos del 13 de julio y utilicemos las lecciones aprendidas para asegurarnos de que no volvemos a tener otro fallo como este", dijo el funcionario durante una rueda de prensa este viernes, en la que se detallaron las conclusiones de la investigación.
Según Rowe, la investigación reveló "deficiencias" en la comunicación entre el personal de las fuerzas del orden y una "excesiva dependencia de los dispositivos móviles, lo que dio lugar a que la información quedara aislada", afirmó, señalando que información vital sobre el tirador se transmitió por teléfono en lugar de la red de radio del Servicio Secreto.
El reconocimiento de los "fallos" ha impulsado al Servicio Secreto a pasar a la fase de rendición de cuentas, indicó Rowe, quien añadió que es evidente la necesidad de "un cambio de paradigma en la forma de llevar a cabo las operaciones de protección".
Las conclusiones de la investigación se revelan una semana después de que el Servicio Secreto frustrara un segundo atentado contra el expresidente, mientras jugaba al golf en su propiedad de West Palm Beach, Florida.