Un raro oso polar avistado en un remoto pueblo del noroeste de Islandia fue abatido a tiros por la Policía este jueves tras ser considerado una amenaza, informó AP. Estos animales no han sido vistos en el país desde 2016.
"No es algo que nos guste hacer", afirmó el jefe de la Policía de Westfjords, Helgi Jensson. Explicó que el oso se acercó demasiado a la casa de una residente local, que se encerró en el piso superior mientras el animal hurgaba en su basura, se puso en contacto vía satélite con su hija en la capital, Reikiavik, y pidió ayuda.
También añadió que la Policía no tenía otra opción después de que la Agencia de Medio Ambiente se negara a reubicar al animal en la vecina Groenlandia, de donde podría haber llegado después de recorrer varios cientos de kilómetros en un témpano de hielo. En las últimas semanas se han avistado muchos icebergs frente a la costa septentrional de Islandia.
Un helicóptero de la Guardia Costera inspeccionó la zona donde se encontró al oso en busca de otros ejemplares, pero no encontró ninguno. El animal, que pesaba entre 150 y 200 kilos, será trasladado al Instituto Islandés de Historia Natural para ser sometido a pruebas de detección de parásitos e infecciones y otras pruebas, y su piel y cráneo podrán ser conservados para la colección del instituto.
Aunque los osos polares están en peligro de extinción, después de que se descubrieran otros dos ejemplares en Islandia en 2008, las autoridades permitieron que fueran abatidos. Razonaron que las especies no autóctonas suponen una amenaza para los seres humanos y los animales, y el coste de devolverlos a Groenlandia es prohibitivo.