Es bien sabido que dormir lo suficiente por la noche es fundamental para una buena salud. Pero cuando se trata del cerebro, lo importante no es solo la cantidad de sueño, sino también la posición en la que se duerme, según el portal especializado Health.
Un grupo de científicos estadounidenses dirigido por Daniel Levendowski presentó en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer 2024, celebrado en abril pasado en la ciudad polaca de Cracovia, un informe que sugiere que dormir boca arriba puede estar asociado con un mayor riesgo de desarrollar alzhéimer, párkinson y otras enfermedades neurodegenerativas.
En un análisis anterior presentado en 2019, el equipo de Levendowski —cofundador y presidente de la empresa de dispositivos de neurodiagnóstico Advanced Brain Monitoring— estudió la cuestión en 45 personas con enfermedades neurodegenerativas y descubrió que dormir boca arriba, durante más de dos horas por noche, se asociaba con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas.
Para su nueva investigación presentada en dicha conferencia, Levendowski y sus colegas reclutaron a alrededor de 100 voluntarios sanos para que sirvieran como grupo de control y alrededor de 200 participantes con deterioro cognitivo leve, parálisis supranuclear progresiva y enfermedad de Alzheimer.
El monitoreo de ambos grupos reveló que los voluntarios con enfermedades neurodegenerativas dormían boca arriba, en promedio durante más de dos horas más a menudo que las personas del grupo de control.
Por qué dormir boca arriba puede afectar la salud cerebral
Dormir boca arriba puede ser perjudicial para la salud cerebral porque conduce a afecciones que reducen la capacidad del cuerpo para eliminar eficazmente las neurotoxinas, afirmó Levendowski.
Estas neurotoxinas, producidas por el cerebro durante el día, normalmente se eliminan durante el sueño a través de un proceso llamado depuración glinfática, un sistema de eliminación de desechos vasculares en el cerebro. El proceso comienza a volverse menos eficiente a la mediana edad, normalmente entre 15 y 20 años antes de que las personas noten los primeros signos de deterioro cognitivo.
Daniel Levendowski asegura que dormir boca arriba puede ralentizar aún más ese proceso, porque la posición no permite que la sangre drene fácilmente del cerebro al corazón como debería.
Sin embargo, el presidente del Departamento de Neurología del Baptist Health Miami Neuroscience Institute (EE.UU.), Diego Torres-Russotto, sostiene que el reciente estudio del equipo dirigido por Levendowski aún no ha sido revisado por pares y presenta importantes limitaciones.