Eliminar al líder movimiento libanés Hezbolá, Hassan Nasrallah, sirve a los objetivos de Israel en cuanto al equilibrio de poder en la región para los años por venir, según ha declarado el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Describiendo como "maestro asesino" al difunto, el jefe de Gobierno israelí calificó su eliminación, confirmada por Hezbolá este sábado, de "ajuste de cuentas con los responsables del asesinato de innumerables israelíes y de muchos ciudadanos de otros países".
"Nasrallah no era un terrorista. Él era el terrorista. Él era el eje del eje, el motor central del eje del mal de Irán", subrayó insistiendo que "no solo fue activado por Irán, muchas veces también activó a Irán" en el marco del plan por destruir a Israel, del que "él y su pueblo fueron los arquitectos".
Netanyahu señaló: "La eliminación de Nasrallah es una condición necesaria para alcanzar los objetivos que nos hemos fijado". Es decir, "devolver a los residentes del norte sanos y salvos a sus hogares y cambiar el equilibrio de poder en la región a lo largo de los años".
Su eliminación, sostuvo, también promueve el regreso de los rehenes israelíes retenidos por el movimiento palestino Hamás en la Franja de Gaza, dado que cuanto más vea el líder de Hamás, Yahya Sinwar, que Hezbolá ya no acudirá en su rescate, mayores serán las posibilidades de recuperar a los secuestrados.
Netanyahu advirtió que "no hay lugar en Irán o en Medio Oriente al que no llegue el largo brazo de Israel, y hoy ya se sabe cuán cierto es esto".