Las autoridades taiwanesas anunciaron este jueves sus planes de intensificar la preparación militar y la capacidad de respuesta ante un potencial conflicto armado, con un enfoque especial en la involucración de la población civil en la defensa de la isla.
El dirigente de Taiwán, Lai Ching-te, declaró durante la reunión inaugural del Comité de Resiliencia de Defensa de Toda la Sociedad que el objetivo de su Gobierno es "desarrollar la capacidad de resiliencia defensiva" para que todos "sean conscientes, cuando surja una emergencia, de cuál es la mejor manera de contribuir y cómo protegerse a sí mismos" o "disuadir a un enemigo que se aproxima".
"Ampliaremos el entrenamiento y uso de las fuerzas civiles, y mejoraremos nuestra preparación de materiales estratégicos y la distribución de suministros críticos", expresó Lai, prometiendo también mejorar la preparación de las instalaciones de bienestar social, atención médica y refugios de emergencia, así como garantizar la protección de "redes de información, transporte y financieras".
El jefe ejecutivo de Taiwán no mencionó directamente al Gobierno central de China en el contexto de su política de disuasión del "enemigo", pero se mostró decisivo en su propósito de mejorar "la capacidad de respuesta" de la isla.
De acuerdo con la estrategia trazada, el Comité de Resiliencia de Defensa taiwanés organizará un ejercicio en diciembre para aclarar el actuar y los procedimientos a seguir en una situación crítica, y en marzo del próximo año llevará a cabo un simulacro de defensa civil a pequeña escala.
Se estima que unas 400.000 personas —incluidos militares, exreservistas, voluntarios de comisarías, de bomberos y miembros de organizaciones caritativas y de ayuda en caso de catástrofe— podrían ser movilizados para participar en los ejercicios en materia de protección civil, según las declaraciones de Hsu Szu-chien, subsecretario general del Consejo de Seguridad Nacional de Taiwán.