Claudia Sheinbaum asumió oficialmente este martes la Presidencia de México, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar el máximo cargo del país.
Tras la ceremonia, la nueva jefa de Estado mexicana enumeró los 100 compromisos de su sexenio, descritos por ella como "el segundo piso de la Cuarta Transformación", entre los que tocó el tema de la política exterior.
"Nuestra política exterior seguirá los principios constitucionales de autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la solución pacífica de controversias", destacó la mandataria.
No obstante, los antecedentes políticos y la experiencia académica de Sheinbaum hacen que la cuestión de qué prioridades estarán al frente de la diplomacia mexicana esté abierta al debate, dicen los expertos.
¿Ecos de la política de AMLO o un nuevo impulso a la diplomacia presidencial?
En principio, la política exterior de Claudia Sheinbaum se hará eco de los parámetros básicos de la política exterior del presidente López Obrador, afirmó a RT Víсtor Jeifets, profesor de la Academia Rusa de Ciencias, director del Centro de Estudios Iberoamericanos y editor en jefe de la revista América Latina.
El profesor considera que la nueva mandataria mantendrá la baja presencia del país en foros internacionales, donde México no estará presente a nivel de primeras personas, con lo que continuará el principio del ex jefe de Estado de que "la mejor política exterior es la interior".
Por su parte, Ksenia Konovalova, profesora de la Universidad Estatal de San Petersburgo, cree que la nueva dirigente del país se implicará mucho más en la diplomacia presidencial y, con su llegada al poder, México estará representado en diversos foros, desde la Cumbre del Clima de la ONU hasta las reuniones del MIKTA (una agrupación de México, Indonesia, República de Corea, Turquía y Australia).
En su opinión, a pesar de que Sheinbaum y López Obrador suelen ser catalogados como políticos de centro-izquierda, es poco probable que la nueva presidenta conserve la imagen populista y patriótica del expresidente.
La experta cree que la nueva jefa de Estado está mucho más dedicada a las cuestiones del desarrollo sostenible, el cambio climático, la protección de los derechos humanos y la lucha contra la discriminación. "Lo más probable es que estos temas lleguen a la agenda internacional de México y lo conviertan más, de lo que era con AMLO, en una potencia media que aboga por la globalización, las instituciones universales existentes, el multilateralismo", señaló Konovalova.
La cooperación con EE.UU.: ¿a la espera de un nuevo inquilino de la Casa Blanca?
Una de las pruebas clave para la nueva presidenta mexicana serán las relaciones con su principal socio comercial y vecino del norte, Estados Unidos. En las últimas semanas, las relaciones entre Washington y México se han tensado por las críticas estadounidenses a la reforma judicial de Andrés Manuel López Obrador.
Además, la campaña electoral en el país norteamericano está en pleno apogeo, y el tema de la migración, problemático para las relaciones con México, es una de las piedras angulares de la carrera comicial.
El experto Víctor Jeifets sugiere que el Gobierno de Sheinbaum se sentiría más cómodo trabajando con una administración demócrata en la Casa Blanca porque tienen una serie de asuntos coincidentes en la agenda de política interior.
Sin embargo, Jeifets subraya que su agenda solo coincide en una estrecha gama de cuestiones de valores. "Sheinbaum ha hablado duramente del carácter neoliberal de la economía del país, que puede provocar una divergencia de intereses con las grandes empresas estadounidenses", cree el profesor.
Aunque el anterior jefe de Estado tuvo una relación constructiva con el candidato republicano Donald Trump, el profesor señala que eso no significa que la actual mandataria vaya a tener también una relación cordial con Trump si gana.
"Sheinbaum, quien personifica el rostro femenino de la política mexicana, por su tipo psicológico no estará dispuesta a aceptar las peculiaridades de la misoginia que padece Trump", señala Jeifets.
En cualquier caso, resume el experto, "EE.UU. seguirá siendo el socio comercial clave de México, y es poco probable que el Gobierno intente alejarse fundamentalmente de esto o, por ejemplo, participar en proyectos de desdolarización".
El vector latinoamericano: ¿nuevos significados en la diplomacia mexicana?
Los expertos afirman que el rumbo latinoamericano será una de las direcciones clave del nuevo Gobierno mexicano. "Hay indicios de que continuará el curso anterior de interacción cautelosamente positiva con los actores bolivarianos, con Cuba. Se puede esperar que México intente promoverse como árbitro imparcial en las contradicciones regionales, la cuestión venezolana, pero no se solidarice abiertamente con el presidente Nicolás Maduro", opina Ksenia Konovalova.
"No espero que desempeñe un papel destacado en el apoyo a los opositores latinoamericanos a Washington y al orden liberal mundial. En principio, dicha postura también puede presentarse a través del prisma de la doctrina de no injerencia, que es relevante para el nuevo Gobierno", concluyó la experta.
Hacia una gobernanza e instituciones globales
Los expertos coinciden en que las organizaciones internacionales tendrán un papel importante para la nueva administración.
En este contexto, Víctor Jeifets subraya que, al definir la candidatura de canciller, Claudia Sheinbaum optó por Juan Ramón de la Fuente, quien ocupó el cargo de representante de México ante la ONU de 2019 a 2023. Según el experto, en este sentido, cabe esperar un aumento de la profesionalización en la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana.
"Una de las prioridades de Sheinbaum será incrementar el papel de México en la gobernanza global, dentro de la lógica del desarrollo mundial incluyente, desde la perspectiva de los intereses del Sur Global", señala, a su vez, Ksenia Konovalova.
Según la investigadora, las relaciones con los actores globales se construirán de manera pragmática, de manera que se contribuya a atraer capital, tecnología y fortalecer la posición de México en la división internacional del trabajo.
Relaciones con Rusia y los BRICS: ¿una mirada favorable desde el otro lado del océano?
A la hora de entablar un diálogo con Moscú, no cabe esperar que el nuevo Gobierno de Sheinbaum difiera mucho del anterior, coinciden los expertos.
Jeifets añade que, debido a su neutralidad, México no tomará medidas drásticas para acercarse a la posición rusa.
Un punto de vista similar comparte Ksenia Konovalova, quien subraya que el programa del partido Morena menciona la prioridad de desarrollar las relaciones con los países BRICS. "La otra cosa es que probablemente no tendrá que ver con cuestiones internacionales explosivas y conflictivas", añade la profesora.
"México no acoge con agrado la hegemonía de EE.UU. y de los países euroatlánticos, pero al mismo tiempo es un actor que difícilmente puede calificarse de entusiasta de la idea de un mundo multipolar como equilibrio geopolítico entre varias potencias o bloques", opina Konovalova.
Como señala la investigadora, esto no se corresponde con la experiencia histórica del país, su posición geopolítica y sus tradiciones diplomáticas. "En los documentos de Morena hay líneas sobre la filosofía del multipolarismo, pero sobre todo se refiere a la importancia de la cooperación internacional, las reglas y las instituciones donde los países puedan tener voz y demostrar una posición independiente sin arriesgarse a agravios con los centros de poder establecidos", concluye la experta.
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