Orbán: La UE está al borde de una "guerra fría económica" con China

El bloque comunitario aprobó este viernes imponer aranceles de hasta el 45 % a las importaciones de coches eléctricos fabricados en el gigante asiático, lo que podría acarrear medidas de represalia de Pekín.

La Unión Europea se encamina hacia una "guerra fría económica" con China, ha advertido el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, citado por Reuters.

Los Estados miembros del bloque comunitario aprobaron este viernes imponer aranceles de hasta el 45 % durante los próximos cinco años a las importaciones de coches eléctricos fabricados en el país asiático. Anteriormente, la Comisión Europea había declarado que Pekín subvenciona injustamente su industria de autos eléctricos y que la imposición de aranceles era necesaria para proteger a las empresas europeas. A su vez, esta decisión podría acarrear medidas de represalia por parte del Gobierno chino.

"Lo que nos están obligando a hacer ahora, o lo que la UE quiere hacer, es una guerra fría económica", declaró Orban en una entrevista en una radio. En este sentido, advirtió que los productos fabricados en Europa serán cada vez más difíciles de vender si la economía mundial se divide en dos bloques, añadiendo que no está claro que la estrategia húngara de "neutralidad económica" resista el paso del tiempo.

Bajo el mandato de Orbán, Hungría se ha convertido en un importante socio comercial e inversor de China, a diferencia de otros países de la UE, que quieren reducir su dependencia económica del gigante asiático. Hungría, que depende en gran medida de las exportaciones de coches eléctricos alemanes que funcionan sobre todo con baterías chinas, está decidida a mantener lazos económicos con ambos lados.

Asimismo, Orbán subrayó que su país, sin salida al mar, no desea adherirse a ninguno de los dos bloques y quiere seguir comerciando con ambas partes. Anteriormente, había declarado que las compañías chinas ya se habían comprometido a invertir 9.000 millones de euros en Hungría, lo que las sitúa en la misma línea que las empresas de Estados Unidos, país que ha criticado la estrategia de Budapest de estrechar lazos con China.