Rusia aceptaría una solución diplomática al conflicto ucraniano que resolviera sus causas profundas, pero ni Kiev ni sus partidarios occidentales parecen abiertos a este escenario, denuncia el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una entrevista con la revista Newsweek.
"Nuestra postura es bien conocida y no ha cambiado. Rusia está abierta a una solución política y diplomática", afirmó el canciller ruso, agregando que "debería tratarse de poner fin al conflicto, no de un alto el fuego".
Según Lavrov, "Occidente debe detener el suministro de armas y Kiev debe dejar la lucha". "Ucrania debe volver a ser neutral, no alineada y desnuclearizada, proteger la lengua rusa y respetar los derechos y libertades de todos sus ciudadanos", destacó.
"Por el momento, según tenemos entendido, el restablecimiento de la paz no entra en los planes del enemigo. [Vladímir] Zelenski no ha anulado su decreto de prohibición de las negociaciones con Moscú. Washington y sus aliados de la OTAN están proporcionando a Kiev apoyo político, militar y financiero para continuar la guerra", recordó Lavrov, advirtiendo que tal postura de Occidente y de Ucrania "puede tener consecuencias peligrosas".
Asimismo, el jefe de la diplomacia rusa señaló que "los costes del conflicto son mayores para los ucranianos, cuyos dirigentes los llevan al matadero sin piedad", mientras que "para Rusia se trata de proteger a su pueblo y sus intereses vitales de seguridad".