Serguéi Naryshkin, director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR, por sus siglas en ruso), reveló que el Ejército ucraniano planeaba tomar el control de la central nuclear de la provincia de Kursk, y minarla.
"A principios de agosto de este año, las Fuerzas Armadas ucranianas, enloquecidas por la permisividad [de sus socios], lanzaron un verdadero ataque terrorista contra la provincia de Kursk. Según la información de la que dispone el SVR, el plan del ataque terrorista incluía la toma y colocación de minas en la central nuclear de Kursk", afirmó Naryshkin durante el discurso que brindó en una reunión del Consejo de Jefes de los Órganos de Seguridad y Servicios Especiales de los miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), el 4 de octubre en Astaná, Kazajistán.
"Si este plan se hubiera llevado a cabo, Europa se habría enfrentado a una catástrofe medioambiental y humanitaria comparable a la de Chernóbyl", dijo el jefe de la inteligencia exterior rusa. Agregó que, de acuerdo con sus datos, los servicios de inteligencia occidentales, principalmente el MI6 británico, entrenaban sistemáticamente a unidades de Ucrania para organizar provocaciones en varias centrales nucleares de Rusia.
En este sentido, también señaló que desde el principio del conflicto ruso-ucraniano la inteligencia estadounidense ha estado transmitiendo a Kiev información que luego se utiliza para lanzar ataques contra infraestructura civil de Rusia. Asimismo, añadió que los servicios de inteligencia de la OTAN están transfiriendo combatientes de Oriente Medio para ayudar a Ucrania. "Una vez finalizado el conflicto, quieren utilizarlos para desestabilizar toda la región euroasiática", declaró.
Con respecto a las explosiones de los gasoductos Nord Stream, Naryshkin afirmó que el organismo a su cargo dispone de información fiable sobre la implicación directa de EE.UU. y el Reino Unido en el acto terrorista. Además, precisó que en los ataques participaron saboteadores profesionales de los servicios especiales anglosajones.