¿Fractura de la derecha en Brasil? Un poderoso pastor evangélico carga contra Bolsonaro
El pastor Silas Malafaia, uno de los principales líderes evangélicos de Brasil y conocido por ser uno de los más fervientes defensores de Jair Bolsonaro, causó una inesperada polémica en el seno de la derecha al lanzar duras críticas contra el expresidente.
En una entrevista con Folha de S. Paulo, Malafaia calificó de "cobarde y omiso" a Bolsonaro, y dijo que esperaba que hubiese mostrado una postura más firme frente a Pablo Marçal, un polémico multimillonario autor de libros de autoayuda, que ha ascendido como una nueva fuerza de la derecha, y que se quedó fuera de la segunda vuelta de las elecciones a la alcaldía de Sao Paulo por solo 60.000 votos.
Malafaia consideró que Bolsonaro no tuvo una presencia suficiente en la campaña del actual alcalde Ricardo Nunes, con quien formó una alianza, y que alcanzó 29,48 % de votos en Sao Paulo, frente al 29,07 % de Guilherme Boulos, aliado del presidente Luiz Inácio Lula da Lula.
"¿Qué líder basura es este?", cuestionó Malafaia. Y continuó: "¿Quién va a hacer una alianza con un tipo en el que no se puede confiar?".
A pesar de la artillería lanzada, el líder religioso aseveró que Bolsonaro "es un fenómeno" y que "todavía tiene mucha gasolina en el tanque".
"La ropa sucia se lava en casa"
Las críticas no fueron bien recibidas entre los bolsonaristas, en especial, entre los hijos del expresidente. El senador Flávio Bolsonaro declaró que la "ropa sucia se lava en casa no en público", y que la alianza de su padre y Nunes fue decisiva para que este ganase los comicios el 7 de octubre.
Lejos de dar por zanjado el tema, Malafaia contestó: "No lavo ropa sucia en casa, en primer lugar, porque no tengo una casa con Bolsonaro para lavar la ropa. En segundo lugar, porque soy el mayor partidario de Bolsonaro. En tiempos difíciles, estuve a su lado. Y di la entrevista [en la que le criticó] para darle un 'shock' de realidad, para que despierte. Por eso expresé públicamente mi opinión", destacó.
Malafaia coordinó al electorado evangélico en la campaña presidencial de 2018, cuando Bolsonaro ganó las elecciones. El pastor también sostuvo la gestión del ultraderechista durante la pandemia y financió manifestaciones para defenderle en el pulso jurídico que libra con el juez Alexandre de Moraes.
¿Qué está en juego?
Los expertos manifiestan que detrás de la disputa está en juego el poderoso sector evangélico, muy vinculado a la ultraderecha bolsonarista. Los creyentes de esa religión son ya en Brasil –el país con más católicos del mundo– un tercio de la población, por ende, tienen un creciente poder social, económico y político, especialmente en el Congreso.
Según comentó a O Globo, Juliano Spyer, autor del libro 'Pueblo de Dios?', en este momento Malafaia lucha por su supervivencia como figura pública y evangélica, y el discurso de Marçal no le beneficia porque es un "crítico de la iglesia institucionalizada".
"Hoy los evangélicos que más crecen no son los de las grandes denominaciones, sino los de las iglesias de garaje, dentro de las casas. Son lugares con capacidad para hasta 200 personas, independientes, que no deben nada a nadie. El discurso de Marçal se está poniendo de moda", afirmó Spyer.
En este contexto, aunque el Partido Liberal (PL) de Bolsonaro apoyó a Nunes en los comicios, el ultraderechista hizo algún gesto positivo hacia Marçal.
Tras depositar su voto el día de las elecciones, Bolsonaro aseguró que, en un escenario sin Nunes, apoyaría a Marçal. "En Sao Paulo hay una situación nueva: un joven del PRTB [Partido Renovador Laborista Brasileño] medio polémico. Veremos lo que decide el pueblo", dijo para después matizar que "contra Boulos, cualquiera".
La controversia con el pastor se zanjó cuando Bolsonaro minimizó los comentarios. "Yo amo a Malafaia (...) encendió la metralleta, pero eso pasa", resolvió.
El religioso también aclaró que hizo la paces con el exmandatario, aunque este "estaba indignado con su discurso". "Tiene todo el derecho, de lo contrario no sería un ser humano", puntualizó.
Malafaia argumentó que en la conversación que mantuvieron, le espetó: "Un amigo es aquel que te dice que te huele el aliento (...) pero sabes que no hay mayor defensor [de ti] que yo".
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